martes, abril 10, 2007

Pagando las que debo...

Fecha: 9 de Abril de 2007

Distancia (kms): 10.55

Paso: 6'21”/km

FCP (Puls/min): 152

Ruta: Boulevard Luis Encinas

Clima: Muy nublado, humedo.



Divagaciones:

Pues una carrera muy rica, al principio muy nublado, es más al salir de casa decidí dejar la cachcha y los lentes oscuros. Resultó ser un error.

Como a la mitad de la carrera, poco antes de llegar a Tinajas, sa abrió un hueco en las nubes y se apareció el sol. Habrán sido 10 minutos, no más, pero ese rato me tocó cambiar de dirección y tener el sol en los ojos. Afortunadamente no fue mucho, la neblina se volvió a cerrar y pude continuar sin problemas.

Durante el camino me la pasé pensando en la visita de Guille y Mariana de semana santa. En eso estaba, cuando el sol volvió a salir, ya casí llegando
a casa. Eso me sirvió de escusa para aventarme a la alberca. Salí,
desayuné y subí a bañarme, apenas salí de la regadera cuando comenzó a
llover. El clima sigue loco.

Bueno, como decía mientras corría la mayor parte del tiempo pensaba en Guille y Mariana, estuvieron en Guaymas toda la semana. Bueno Mariana, ya que "m'hijito" desde el miércoles se mudo a San Carlos, al reventón.

Se ve que cada quien tenía ya su plan bien establecido. Mariana se dedicó a descanzar y a ser consentida por su padres. Rebeca cocinándole todo lo que pedía y, todos los días, en la tarde me decía: "Papá, ya son más de las 7", era su señal para que le hiciera su sandwich de jamón con queso suizo.

Guille por su parte su plan era el reventón, no bien veníamos entrando a Guaymas el día que llegaron cuando ya estaba hablando con sus amigos para ver "que plan". Cuando me quejo Rebeca me dice, "pero si nos dedicó 2 días completos", en efecto, en ellos el reventón fue en la casa.

Total el miércoles se fue con sus amigos a San Carlos a un departamento que consiguió el papá de "chico", su amigo. Quedó de llegar el sábado a dormir.

Pasamos el resto de la semana en calma, llegó el sábado. Como a las 6:00 pm sonó el teléfono, "papá, voy a llegar tarde, pero llegó en la noche, no pongas llave ni pasador".

Rebeca y yo nos quedamos platicando hasta tarde, nos dormimos después de la 1:30 am. Como a las 3:00 me desperté, las luces del pasillo seguían prendidas, señal de que Guille no aparecía. A las 4:00 me volví a despertar, aún no llegaba, "la agarró buena", pensé. Dieron las 5:00, nada, ya no me pude dormir. A las 6:00 le hablé por teléfono..."¿Que no dijiste que llegabas a dormir?", le espeté apenas escuché su voz. "Ups, creo que ya no llegué" fue su respuesta. Bueno, ya que vi que estaba bien, me fui a la cama pensando en dormir hasta la hora del PUMAS-america. A las 7:00 el teléfono, "Papá, ¿puedes venirme a recoger al rato a San Carlos?". Respiré, y contesté, "A las 9:30, ¿dondé?". Quedamos en el Extra.

Me daba tiempo justo para recogerlo y llegar a las 10:00 a ver a los PUMAS. Ya no me pude dormir.

A las 9:00 salí a San Carlos, llegué 5 minutos antes de lo convenido, le marqué, sonó, no contestó. Le hablé por el radio, no hubo respuesta. Esperé 5 minutos, marque, sono, no contestó, escuché un "bip, bip", me estaba quedando sin baterías. Le marqué a Rebeca para que le hablara ella y no quedarme sin pilas. Nunca contestó.

A las 9:50 intenté nuevamente, sin respuesta, Rebeca tampoco pudo contactarlo. A las 10:00 agarré camino de regreso pensando, "lo único que falta es que metan gol antes de que llegue".

Para mi fortuna llegué y no había goles. Me senté y al poco rato Berón anotó, la esperanza de ganarle a los aguiluchos comenzaba a concretarse.

Mientras veía el futból continuaba marcándole a Guille, nada de respuesta. Rebeca comenzó a hablar a casa de sus amigos, a ver si alguen sabía algo.

Como a las 11:00 sonó el radio, era Guille, "perdón...", no alcanzó a decir más comencé a ponerlo como campeón, cuando me entró la cordura, "al rato hablamos". resultó que habían terminado del reventón tan acabados que jamás olleron el teléfono.

"¿A que hora me recoges?", conté hasta 10, "te esperas a que acabé el juego".

Rebeca cuando supo que su hijo había dado señales de vida le marcó y salió "volando" a recogerlo. "Pobrecito, todavía tiene que hacer su maleta", en la tarde teníamos que llevarlos a Hermosillo para tomar el avión.

Para colmo de males metieron un gol, diría que golazo sino fuera porque fue en contra de las Pumas. Yo no sé porque esa manía de ir ganando y echarse para atras. Eso si, ya que los empataron comenzaron a presionar. Al final otro empate.

Acabó el juego y subi a bañarme, estaba por entrar a la regadera cuando Mariana me avisó, "acaban de llegar". Una vez más la cordura se apaerció, "ya que me bañé habló con él".

Me bañé y bajé. "Le dijé que se fuera a dormir, pobrecito, tenía miedo de verte", me dijó Rebeca. Así que comí y me fui a descanzar, como a las 2 salió Guille, "me voy a bañar", dijó antes de que pudiera yo hacer algo.

"Pobrecito, no lo regañes, esta muy apenado".

Después de bañarse se fue a comer. Yo me quedé en el cuarto de la tele.

A las 2:30 les dijé "en 5 minutos" nos vamos. Guille acababa de comer apenas. Subí las maletas de Mariana al carro. 5 minutos después, "es hora de irnos", "¿ya?, no he comido, bueno al regreso como, voy a ayudarle a Guille", respondió Rebeca. 5 minutos después "¡ya deberíamos haber salido!", "ash, ven a ayudarme a guardar la comida", respondió Rebeca, que había pasado dos días cocinándole a sus bebés para que se llevaran a Monterrey. 5 minutos después...

ya no dije nada, subí todo al carro y esperé.

Por fin salimos, obviamente en domingo de semana santa la carretera estaba basatnte cargada, yo mejor no dije nada todo el camino. Rebeca y los niños venían como paseo en Domingo, bueno en sentido literal eso era.

Se me hizó una eternidad pero llegamos. Apenas entramos al estacionamiento me acomodé en el primer lugar. "¿Porqué aquí?", preguntó Rebeca. "Porque estamos cerca de la entrada y ya es muy tarde, deberían haber documentado hace 10 minutos", "¡¿De verdad vamos tarde?!" contestaron a coro.

Apenas tuvieron tiempo de documentar y entrar a la sala de espera. Al despedirme de Guille y le dijé, "no te regañé, aun me la debes".

En el camino de regreso, Rebeca me dijo, "te vi tan enojado que yo también tenía miedo, si le hubieras dicho algo ya estaba pensando en cual de todas las anecdotas tuyas que me sé iba a usar para defenderlo".

Tiene razón, estoy pagando las que debo.





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