jueves, marzo 30, 2006

Inmortalidad del Cangrejo

Fecha: 28 de marzo de 2006
Distancia (kms.): 10.55
Paso: 6’39”/km.
FCP (Puls/min.): 154
Ruta: Camino a Tinajas
Clima: Fresco, ya no frío
Divagaciones:
Una buena corrida de madrugada, el clima ya no está frío, pero aún está fresco, algo nublado. La salida del sol me agarró como a la mitad de la corrida, en resumen las condiciones estuvieron muy ricas para correr.
Ahora divagué sobre mis corridas en si, en aspectos relacionados con dos artículos de la Revista Runner’s World, de la que soy asiduo lector. Por alguna razón el número de marzo me llegó tarde y el de abril temprano. Todavía no acababa de leer el primero cuando ya tenía el segundo en mi buró. Así que me las eché de corridito, bueno con la segunda no acabo aún.
El primer artículo en el que venía pensando lo escribió John, el Pingüino, Bingham, que es como el “guru” de los corredores cuarentones. En ese artículo el pingüino divagaba sobre que tan repetibles son las carreras o corridas, su punto es que no lo son. No importa que sea la misma ruta, o comité organizador, no son repetibles. En cada una hay muchas cosas que lo hacen diferentes, desde cosas tan triviales como el clima, hasta cuestiones más profundas como el estado de ánimo. Tiene razón, yo tengo básicamente 2 rutas, cada una con sus pequeñas variaciones, pero cada día que corro es distinto. La verdad que eso es lo que hace motivante correr, cada corrida es como un regalo nuevo.
El segundo artículo, del mes de abril, lo escribió Amby Burfoot, que es como el “guru de los gurus” de los corredores. En él menciona que hay dos tipos de corredores, los corredores numéricos (“einstein runners” les llama él) y los divagadores. Los primeros son aquellos que sacan una gran variedad de datos y estadísticas de cada corrida y de las corridas acumuladas. Los divagadores, por el contrario, corren sin más equipo que sus calzoncillos, camiseta y zapatos para correr, para ellos lo importante es la experiencia en si de correr, es el tiempo que tienen para dedicarse a si mismo.
Yo me doy cuenta de que pertenezco a un tercer grupo, que yo llamaría los “einstein divagadores”, que tienen algo de ambos. Siempre que corro llevo mi gps, del que obtengo distancia, tiempo, ritmo de carrera y calorías “quemadas”, además mi monitor de frecuencia cardiaca. Me refiero a ambos como mis entrenadores. Además traigo mi celular en una bolsa en el brazo derecho y en las madrugadas uso un chaleco reflectante y una pequeña luz tintinenate.
Al llegar a la casa, después de correr, toda la información de mis entrenadores la pasó a mi palm, complementándola con mi peso y, desde enero, el porcentaje de grasa corporal (soy un puerco-humano). La que a su vez es respaldada en mi computadora al menos una vez al día. Esto lo vengo haciendo desde hace como 5 años. Así que esto me hace un corredor “einsetin”.
Pero la verdad es que mientras estoy corriendo se me olvida el mundo, mi entrenador 1 (gps), tiene algunas alarmas para recordarme que me debo rehidratar (cada 20 minutos) o la distancia recorrida (cada 5.27 kms., un octavo de maratón). Cuando suenan son los pocos segundos que vuelvo a la realidad, el resto del tiempo me la pasó pensando en “la inmortalidad del cangrejo”, como diría Mamá, acompañado por la música de mi mp3. Esto me hace un corredor “divagador”. Así que tengo de ambos.
Por lo que si vives, o simplemente transitas, en Guaymas, por los rumbos entre Lomas de Cortés, Miramar, Tinajas y el camino nuevo a San Carlos, y ves un cuate corriendo con varios “gadgets” en brazos, muñecas y cadera, además con audífonos. Ten cuidado, no me vayas a atropellar, ya que vengo distraido, pensando, ya que aún no entiendo a que se refería mi Mamá con la “inmortalidad del cangrejo”.

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