Carrerita de martes 26 de agosto.
Carrerita de martes 2 de septiembre.
Carrerita de martes 9 de septiembre.
Carrerita de viernes 12 de septiembre.
Qué bárbaro, se me fueron dos semanas sin carrera larga, tenía mucho tiempo que no me pasaba eso. Primero, el jueves 28 de agosto hubo una fuga de drenaje a la entrada de la colonia, por donde pasamos Mariana y yo cuando corremos, y consideré que no sería sano pasar por ahí. Luego la siguiente semana tuvimos las lluvias asociadas a la tormenta tropical Lorena que nunca llegó pero nos trajo muchas lluvias.
Así que como no hice corridas largas, no se dieron las divagaciones correspondientes y con ello las entradas al blog.
Pero esta semana estuvo bien y aquí estamos de nuevo, una corrida no muy larga ya que la humedad sigue perra. Pero ya tendré que comenzar a aumentar distancias si quiero correr el medi maratón a mediados de noviembre.
En la última entrada mis divagaciones tuvieron que ver con las capacidades sensoriales de las plantas y la respuesta de ellas a esos estímulos.
Lo que me lleva a nuevas divagaciones. La respuesta de las plantas implican una acción coordinada de distintas de sus partes.
La cosa es, ¿cómo coordinan esto?, pues producen sustancias que se producen como respuesta a los estímulos y que actúan en otras partes de la planta, como nuestras hormonas. De hecho, se llaman fitohormonas. Pero a diferencia de los animales, en las plantas no hay órganos especiales para su producción; se producen en todo su cuerpo.
Las fitohormonas son muy convenientes cuando no hay necesidad de una respuesta rápida, pero ¿y si la hay?
Bueno, las plantas no tienen células nerviosas especializadas, pero sí responden a los potenciales de acción. En las neuronas, las células nerviosas de los animales, los estímulos se transmiten por cambios repentinos de la permeabilidad de las membranas celulares a los iones, cambiando la polaridad de las paredes celulares; esto es el potencial de acción. Las células de las plantas responden a los potenciales de acción y se propagan por su cuerpo, sin la presencia de células nerviosas.
Pero, ¿cuándo tiene que responder rápido una planta?
Lo más común para defenderse, si se defienden, cuando una oruga o un insecto ataca, comienzan varias respuestas. La producción de sustancias desagradables al depredador en otras partes de las plantas, la emisión de compuestos volátiles, para avisar a las plantas vecinas de la presencia del depredador y sonidos…
¿Sonidos? Sí, fuera de nuestro rango de audición, pero ya totalmente comprobado. ¿Para qué les sirven estos sonidos? Pues, al menos parte de ellos, para atraer a las avispas, que son los predadores de orugas e insectos. Buen negocio, la avispa obtiene alimento y la planta protección
Existen otros casos de respuesta rápida que vale la pena mencionar, como en las plantas carnívoras. En ellas, en reposo, sus hojas de captura, cóncavas y abiertas en posición de captura tienen colores que atraen a las presas, cuando llega una presa se cierran en función de la cantidad de estímulos y el periodo de tiempo entre ellos. Esto es importante si cerraran al primer estímulo, se la pasarían abriendo y cerrando todo el tiempo y no atraparían nada. Si el tiempo entre los impulsos fuera grande, se les irían todas las presas. Al cerrarse, se vuelven convexas y sus extensiones evitan que la presa huya y comienza la digestión.
Otra cosa importante de las plantas es su eficiencia para comunicarse entre sí y con otras plantas y animales de su entorno.
Ya hablamos de los compuestos volátiles para avisar de predadores, pero hay más. También usan otros compuestos volátiles para otro tipo de comunicación, los aromas florales para atraer a los organismos polinizadores. Ya que hablamos de estos animales, también utilizan señales visuales, formas y colores para atraerlos, por eso tenemos tanta variedad de formas, colores y fragancias florales. Cada planta busca asegurar que algún polinizador sea atraído. Hay que recordar que las flores reflejan la luz ultravioleta, señalando el punto de aterrizaje más conveniente para los polinizadores.
Como siempre, nunca falta un abusador, en este caso, las plantas carnívoras de jarra. Estas plantas tienen unas estructuras en forma de jarra, de ahí su nombre, que emiten fragancias florales y presentan colores que son muy atractivos para los insectos. Además, en la orilla de la jarra producen sustancias muy resbaladizas, que cubren el interior de la jarra. Al pararse el insecto en la orilla de la jarra, cae al interior, del que no puede escapar y es digerido.
Pero hay una forma de comunicación aún más sorprendente, pero dejemos eso mejor para otra ocasión.
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