martes, agosto 15, 2006

"Huerfanos" de hijos

Fecha: 15 de agosto de 2006

Distancia (kms): 10.55

Paso: 7'00”/km

FCP (Puls/min): 148

Ruta: Camino a Tinajas

Clima: ligeramente nublado, algo húmedo

Divagaciones:

Una carrera bastante tranquila, el objetivo principal fue que mi frecuencia cardíaca se mantuviera abajo de 150 pulsaciones por minuto. Lo cual consegui en casi toda la carrera, con excepción de la última colina. Yo creo que lo conseguí no solo por la velocidad a la que corrí (los que me vieron deben haberse preguntado “¿esté cuate corre muy lento o camina muy rápido?”), sino porqué hoy no estuvo tan húmedo. Pero no hay que cantar victoria, aún falta un buen rato de agosto y al menos tres semanas de septiembre para que acabe el verano.

La mayor parte del tiempo me la pasé pensando en Guille, el fin de semana lo fuimos a dejar al aeropuerto de Phoenix, de donde partió a Montreal. Salimos el viernes, llegamos a dormir a casa de Carlos y Caterina. Pasamos la tarde con ellos y los niños, Benjamín y Sarah, la verdad están muy bonitos y simpáticos (lo malo de los sobrinos del lado de mi mujer es que no puedo decir “puro Soberón”).

Rebeca llegó con un resfrío marca demonio, así que nos fuimos a cama temprano. Además de que con todas las medidas de seguridad implementadas en los aeropuertos debíamos llegar con 2 horas de anticipación, o sea estar a las 7:30 en la ventanilla.

Llegamos como ingléses, y no hubo ningún problema ni tardanza, así que nos encontramos con un buen rato a matar. La verdad Guille estaba muy nervioso, aunque ya había viajado antes, era la primera vez que le tocaba tener que cambiar de vuelo y entrar a un país totalmente solo. Rebeca también sufría, se le iba su bebé.

Bueno, no puedo negar que yo también me encontraba algo inquieto, no sé si preocupado o angustiado. La verdad no por Guille, él es un muchacho muy listo y yo estaba seguro de que no iba a tener el más mínimo problema. La angustia era por mi y Rebeca, hemos quedado huerfanos de hijos.

Como era de esperar Guille llegó sin ningún contratiempo, para la hora prevista ya estaba instalado en la casa donde le están dando asistencia en Montreal.

No teníamos un plan muy previsto para el sábado ya que se hubiera ido Guille. Así que nos quedamos de flojos todo el resto del día, ahora en casa de Helen, ella llegaría en la tarde de Guaymas, así que le adelentamos un poco el super para que no llegara a las carreras. Rebeca, por otra parte, decía que necesitaba dormir. Entre la angustia de la partida de su bebé, la gripa y los ronquidos de alguien en la noche no durmió bien. Yo la verdad es que estuve toda la noche junto a ella y jamás escuché un ronquido, yo creo que con la gripa alucinó.

En la tarde llegó Helen y familia, estuvimos un rato en la Alberca, un poco después llegó el Mayo. Platicamos como hasta las nueve y a dormir.

El domingo después de las 10:00 agarramos camino de regreso, mi mujer, como toda buena Sonorense, encontró una escusa para parar en el Walmart de Nogales, nunca falla.

Así que para las 7 de la trade ya estabamos en casa.

A iniciar nuestra vida de “huerfanos” de hijos, ¿me irá a agunatar mi muejer?

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