viernes, septiembre 26, 2025

Un mito más que cae.

Carrerita de martes 23 de septiembre.

Carrerita de viernes 26 de septiembre.




Sigo aumentando la distancia de la carrera larga, preparándome para el medio maratón de noviembre, pero voy lento, me tengo que aplicar.

Esta semana me pusé a divagar sobre una nota que me encontré…

En mi libro, “Historia de la Tierra, una cosmogonía personal” (https://acortar.link/SoYkbH) y en este blog (ver aquí) comenté que el nombre científico de nuestro antecesor, el Homo erectus, me desagrada. Siento que no le hace justicia, siempre digo que debería ser Homo prometheus, ya que él fue el primer humano en usar el fuego.

Y algo que nos distingue a los humanos es que somos los únicos animales que sabemos cómo usar el fuego, ¿o no?

Resulta que desde que los occidentales llegaron a Australia se encontraron con que los aborígenes platicaban de aves que iniciaban incendios. No solo eso, en la cosmogonía de estos aborígenes se cuenta que los hombres comenzaron a usar el fuego al copiarle a Kerrk, un ave, iniciar incendios con ramas en fuego que transportaban.

Obviamente los occidentales pensaron que eran locuras de los aborígenes y los ignoraron. Bueno, no todos los guardabosques y bomberos forestales más viejos comenzaron a reportarlos, inclusive a considerarlos en las formas en que se podían extender los fuegos. Pero la comunidad científica seguía sin aceptarlo.

Todo esto cambió en 2017, la primera publicación en una revista científica que reportaba el uso de fuego por aves rapaces como estrategia de casa.

Cosas sorprendentes, no es una especie, son tres tipos de rapaces de tamaño medio, el gavilán negro (el término correcto es milano, pero a mí ese nombre me recuerda una marca de ropa popular hace muchos años), el gavilán silbador y el halcón pardo.

Estas aves agarran ramas encendidas en lugares donde hay fuego y las llevan volando para arrojarlas en otros lugares donde hay arbustos secos, adecuados para que se inicie el fuego. No solo eso, no son esfuerzos coordinados, son varias aves que lo hacen juntas, buscando iniciar el fuego lo antes posible, para luego volar al lugar donde, dependiendo del viento, es más probable que salgan pequeños mamíferos, reptiles e insectos huyendo del fuego, su alimento.

Me pone a pensar la gran inteligencia de estas aves, entender las condiciones para que un lugar sea bueno para iniciar un fuego, la forma en que este fuego se puede iniciar, las consecuencias del mismo y, con base en ello, CÓMO HACERLO.

Pregunta interesante, ¿cómo surgió esto? Probablemente el gavilán negro fue el primero, y las otras dos le aprendieron. Este gavilán es una ave que se distribuye en Oceanía, Asia, África y Europa, y en todo este rango siempre se presenta en grandes números en las orillas de los fuegos, es una característica. Ahora, si fuera así, ¿por qué solo en Australia?

Yo siempre digo que la diferencia de inteligencia entre nosotros y otros animales es más de grado que de tipo; esto me da la razón.

Pero, como quiera que sea, el que los seres humanos somos los únicos que hemos aprendido a usar el fuego es un mito más que cae.

viernes, septiembre 19, 2025

WWW forestal

Carrerita de martes 16 de septiembre.

Carrerita de viernes 19 de septiembre



Esta semana comencé a aumentar las distancias, si quiero estar listo para correr el medio maratón San Carlos-Guaymas el 16 de noviembre, apenas estoy a tiempo. 

El martes corrí 7.4 Km y hoy, viernes, 9.8 Km, todavía está bastante alta la humedad, pero la temperatura va disminuyendo.

La semana pasada mencioné que hay una forma más sorprendente de comunicación en las plantas, pero la dejé para otra ocasión, hoy de eso divagué. 

Algo que se conoce desde hace muchos años es la intensa relación simbiótica que existe entre las raíces de los árboles y los hongos que crecen en el suelo de los bosques. Los hongos les dan nutrientes a los árboles, principalmente nitrógeno y fósforo, y los árboles les dan alimento, carbohidratos a los hongos. Hay quienes piensan que uno de los factores que favoreció que las plantas poblaran la tierra fuera del mar es, precisamente, este tipo de simbiosis. Ahora los hongos no están en relación solo con un árbol, sus extensiones, los micelios, están en contacto con varios árboles, no necesariamente de la misma especie, formando verdaderas redes. Estas redes se llaman redes micorrízicas (yo las llamaré redes de hongos), permiten una muy eficiente distribución de nutrientes y, también, agua. La relación es intensa y hay una comunicación química entre los árboles y los hongos. Por ejemplo, si un árbol tiene carencias de nutrientes, libera químicos que fomentan que germinen las esporas de los hongos y que los micelios de los hongos se acerquen a las raíces. Por su parte los hongos, producen unos químicos que causan potenciales de acción, ¿los recuerdas de la entrada anterior?, en el árbol para que las defensas del árbol les permitan colonizar las raíces. Esto ya es un tipo de comunicación, una interespecífica, entre dos especies distintas.

Eso se sabía desde hace mucho tiempo…

Pero investigando, recientemente, estas redes micorrízicas, se encontró que los hongos pueden convertirse en verdaderos administradores de la red. Si de algunos árboles recibe mucho flujo de carbono, puede transferirlo a árboles en los que reciba señales de que hay estrés. De igual forma con el nitrógeno, fósforo, agua y otros nutrientes, darles preferencia a unas plantas sobre otras. Estos flujos de carbono no es solamente entre árboles de una especie, sino entre distintas especies. Esto, digo yo, es una especie de inteligencia ecosistémica, haciendo que el bosque, en su totalidad, sea más eficiente.

Pero, te preguntarás, ¿qué tiene esto que ver con las formas de comunicación de las plantas?

Bueno, primero, ya mencioné que para que esto funcione hay una comunicación entre árboles y hongos. Pero hay más, mucho más. Cómo ya mencioné hay flujo de carbono, usando la red de hongos entre distintos árboles, ¿podrá haber flujo de información usando estos flujos de carbón?

Por ejemplo, ¿será posible que si un árbol está siendo depredado, las fitohormonas que produce llegan por la red de hongos a otros árboles?

No solo es posible que ocurra. Hay comunicación entre distintos árboles usando la red de hongos. Las fitohormonas producidas por un árbol tienen efecto en los que están conectados a la red

Así que los bosques cuentan con su WWW, no World Wide Web, pero sí Wood Wide Web, como le han llamado en los últimos años. 

Pero además la información puede tener otras implicaciones: los árboles que producen químicos asociados al estrés reciben preferencialmente los nutrientes y flujos de carbono; los árboles sanos se restringen en función de estas señales para que esto ocurra.

No solo eso, hay quienes proponen que los árboles más viejos pueden servir como nodos de comunicación. Al tener mayor edad, están mucho mejor conectadas por la WWW con otros miembros de la comunidad y pueden tener un papel muy activo. Por ejemplo, transfiriendo nutrientes y carbohidratos a las plántulas que apenas se están desarrollando y, por estar en la sombra, no tienen una fotosíntesis muy eficiente. Incluso, estos árboles nodos pueden identificar por las señales que les llegan por la WWW a parientes y favorecerlos más, por eso les llaman “Árboles Madre”.

Esta teoría de los “Árboles Madre” es algo que aún se debate, pero sí es cierto, esto debe tener una gran implicación en las prácticas de silvicultura y reforestación.

Como quiera que sea, creo que los árboles hacen un mejor uso de su WWW de lo que nosotros usamos la nuestra.

viernes, septiembre 12, 2025

¿Cómo responden las plantas?

Carrerita de martes 26 de agosto.

Carrerita de martes 2 de septiembre.

Carrerita de martes 9 de septiembre.

Carrerita de viernes 12 de septiembre.



Qué bárbaro, se me fueron dos semanas sin carrera larga, tenía mucho tiempo que no me pasaba eso. Primero, el jueves 28 de agosto hubo una fuga de drenaje a la entrada de la colonia, por donde pasamos Mariana y yo cuando corremos, y consideré que no sería sano pasar por ahí. Luego la siguiente semana tuvimos las lluvias asociadas a la tormenta tropical Lorena que nunca llegó pero nos trajo muchas lluvias.

Así que como no hice corridas largas, no se dieron las divagaciones correspondientes y con ello las entradas al blog.

Pero esta semana estuvo bien y aquí estamos de nuevo, una corrida no muy larga ya que la humedad sigue perra. Pero ya tendré que comenzar a aumentar distancias si quiero correr el medi maratón a mediados de noviembre.

En la última entrada mis divagaciones tuvieron que ver con las capacidades sensoriales de las plantas y la respuesta de ellas a esos estímulos.

Lo que me lleva a nuevas divagaciones. La respuesta de las plantas implican una acción coordinada de distintas de sus partes. 

La cosa es, ¿cómo coordinan esto?, pues producen sustancias que se producen como respuesta a los estímulos y que actúan en otras partes de la planta, como nuestras hormonas. De hecho, se llaman fitohormonas. Pero a diferencia de los animales, en las plantas no hay órganos especiales para su producción; se producen en todo su cuerpo.

Las fitohormonas son muy convenientes cuando no hay necesidad de una respuesta rápida, pero ¿y si la hay?

Bueno, las plantas  no tienen células nerviosas especializadas, pero sí responden a los potenciales de acción. En las neuronas, las células nerviosas de los animales, los estímulos se transmiten por cambios repentinos de la permeabilidad de las membranas celulares a los iones, cambiando la polaridad de las paredes celulares; esto es el potencial de acción. Las células de las plantas responden a los potenciales de acción y se propagan por su cuerpo, sin la presencia de células nerviosas.

Pero, ¿cuándo tiene que responder rápido una planta?

Lo más común para defenderse, si se defienden, cuando una oruga o un insecto ataca, comienzan varias respuestas. La producción de sustancias desagradables al depredador en otras partes de las plantas, la emisión de compuestos volátiles, para avisar a las plantas vecinas de la presencia del depredador y sonidos…

¿Sonidos? Sí, fuera de nuestro rango de audición, pero ya totalmente comprobado. ¿Para qué les sirven estos sonidos? Pues, al menos parte de ellos, para atraer a las avispas, que son los predadores de orugas e insectos. Buen negocio, la avispa obtiene alimento y la planta protección

Existen otros casos de respuesta rápida que vale la pena mencionar, como en las plantas carnívoras. En ellas, en reposo, sus hojas de captura, cóncavas y abiertas en posición de captura tienen colores que atraen a las presas, cuando llega una presa se cierran en función de la cantidad de estímulos y el periodo de tiempo entre ellos. Esto es importante si cerraran al primer estímulo, se la pasarían abriendo y cerrando todo el tiempo y no atraparían nada. Si el tiempo entre los impulsos fuera grande, se les irían todas las presas. Al cerrarse, se vuelven convexas y sus extensiones evitan que la presa huya y comienza la digestión.

Otra cosa importante de las plantas es su eficiencia para comunicarse entre sí y con otras plantas y animales de su entorno.

Ya hablamos de los compuestos volátiles para avisar de predadores, pero hay más. También usan otros compuestos volátiles para otro tipo de comunicación, los aromas florales para atraer a los organismos polinizadores. Ya que hablamos de estos animales, también utilizan señales visuales, formas y colores para atraerlos, por eso tenemos tanta variedad de formas, colores y fragancias florales. Cada planta busca asegurar que algún polinizador sea atraído. Hay que recordar que las flores reflejan la luz ultravioleta, señalando el punto de aterrizaje más conveniente para los polinizadores.

Como siempre, nunca falta un abusador, en este caso, las plantas carnívoras de jarra. Estas plantas tienen unas estructuras en forma de jarra, de ahí su nombre, que emiten fragancias florales y presentan colores que son muy atractivos para los insectos. Además, en la orilla de la jarra producen sustancias muy resbaladizas, que cubren el interior de la jarra. Al pararse el insecto en la orilla de la jarra, cae al interior, del que no puede escapar y es digerido.

Pero hay una forma de comunicación aún más sorprendente, pero dejemos eso mejor para otra ocasión.