Fecha: 14 de febrero de 2006
Distancia (kms.): 10.56
Paso: 6’39”/km.
FCP (Puls/min.): 144
Ruta: Camino a Tinajas
Clima: Nublado, templado.
Divagaciones:
Me encanta correr en la madrugada, que bueno que se acabo el frío, ahora vuelvo a disfrutar de las madrugadas. Bueno, aunque debo confesar de que hoy 2 perros me ladraron, pero como siempre el que intentó atacarme no ladró hasta que utilice mi técnica espanta perros. Después del grito el pobre salio más que ladrando aullando.
En la última corrida me había quedad con que a Venustiano aparentemente todo le pintaba bien. Si bien Villa y Zapata seguían siendo un dolor de cabeza, parecían no ser ya un gran problema. Bueno, hasta que Zapata quiso mostrar que aún tenía fuerza. A principios de 1917 tomó Cuernavaca. A carranza le debe haber hervido la sangre. La verdad es que no había una mala relación entre él y Emiliano, era pésima. Este último fue el primero que lo desconoció cuando Huerta dejó el poder, además de que jugó un papel predominante en la convención de Aguascalientes. Finalmente, Carranza nunca se caracterizó por su tolerancia a sus oponentes. Así que hecho a andar la maquinaria que terminó con la trampa que le tendió el general Guajardo a Zapata en Chinameca en abril de 1919, donde Emiliano fue asesinado.
Pero Zapata no fue el principal problema, realmente Carranza nunca llegó a tener el poder que el pensaba. Los obreros comenzaron a reclamar la aplicación del artículo 123 de la constitución, que los protege y Carranza se había negado a aplicar. Esto dio lugar a la Confederación regional Obrera Mexicana (CROM) que después daría lugar a la parición del Partido Laborista Mexicano, ambos liderados por Luis N. Morones.
También se forman los Partidos Cooperativista y Comunista, y los seguidores de Zapata formaron Partido Nacional Agrarista, pero el que más le debe haber dolido a Venustiano fue el Partido Liberal Constitucionalista, formado por el grupo de revolucionarios Sonorenses que hasta entonces siempre habían apoyado a Carranza, y que lideraban Álvaro Obregón y Benjamín Hill. Luego siguieron el Partido Socialista del Sureste, el Partido Socialista Agrario de Campeche, El Partido Socialista Fronterizo, el Partido Laborista del Estado de México, el Partido Socialista del Trabajo, de Veracruz, el Partido Socialista de Puebla y mejor le paramos. Si ahora no sabemos que hacer con tantos partidos, habrá que imaginarse entonces.
Obregón había dejado el Ministerio de Guerra para retirarse a su rancho, es dijo (si, chucha), pero para 1919 inició su campaña. Venustiano hizo muina, le pareció una sublevación. Por lo que le dijo “Alvarito, si sabes contar, no cuentes conmigo”, así que destapó a su candidato, Ignacio Bonillas. Que hubiera sido un magnífico candidato si es que alguien hubiera sabido quien diablos era.
Aunque Venustiano dijo que se comportaría a la altura, cuando vio que la campaña de Bonillas no despegaba comenzó a hostigar solo un poquito a Obregón. Tan poquito como para que en algún momento a principio de 1920 tuviera que salir por piernas de la capital. Esto hizo que Adolfo de la Huerta (¿de donde sería gobernador?), le dijera: “Venus, si sabes contar, no cuentes conmigo” y lo desconoció y se levanto en armas con el plan de Agua Prieta en abril de 1920. El cual fue apoyado por prácticamente todos los militares importantes.
Cuando la situación se puso color hormiga, Venustiano recordó sus buenos tiempos entre 1914 y 1915 en Veracruz y se dijo “De allá soy” y quiso mover su gobierno al puerto. No bien había salido a las carreras de la Cd. de México cuando Obregón entro a ella
Carranza nunca llegó a Veracruz, a medio camino le echó un tren “loco” (sin tripulación) en sentido contrario Guadalupe Sánchez y detuvo la comitiva. Carranza decidió buscar refugio en la sierra de Puebla. En la noche del 20 de mayo, mientras dormía, fue emboscado y asesinado (hay quienes dicen que al verse atrapado se suicido) en Tlaxcalaltongo.
De la Huerta fue nombrado presidente provisional en junio de 1920 y con Adolfo, Fito para los cuates (al menos así le decía Villa), se inicia lo que yo llamo el “Sonorato”, de 1920 hasta 1936 el país sería manejado por Sonorenses.
Pero ya para ese momento llegaba de regreso a la casa, así que lo que sucedió en esos 16 años lo dejaré para otra corrida.
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