sábado, abril 17, 2010

Boda de Adrian e Iliana







Pues reporto 4 corridas en esta entrada, esto porque la semana del 6 al 13 estuvimos de viaje, se casó mi sobrino Adrian.
El martes 6, antes de partir decidí que ya que no iba a correr en una semana lo mejor era una carrera larga, así que me aventé 13.2 kms., muy conveniente porque en el avión me la pasé muy relajado.
Llegamos en la noche, solo cenamos, platicamos un rato con mi Papá y a la cama. El miércoles fue un día de flojera en el DF, en la tarde nos fuimos a Cuernavaca.
El jueves abandoné a Rebeca con mi Pap.a y me fui con Augusto a ver plantas de tratamiento. En la mañana en la Norponiente, en Cuautla, que para Junio quedará lista, y en la tarde en Miacatlán, que solo se espera que el gobernador ponga fecha para que arranque.





El jueves también llegaron mis hijos al DF, se fueron a casa de su abuelo en el DF con sus primos.
Obviamente Rebeca no estaba muy contenta de que la hubiera abandonado todo el jueves, así que el viernes tuve que hacer méritos con ella, aunque ya tenía vestido para la boda no estaba muy satisfecha. Así que a ver vestidos, todos los varones matrimoniados enetenderán la emosión que sentía por el día que me esperaba. En la mañana comenzamos por unas tiendas que había visto Rebeca cerca del Sam´s y luego en Plaza Cuernavaca.
A medio día fuimos a comer a casa de mi Papá, llegaron también Inés y mis hijos a comer.
En la tarde fuimos a plaza Galerías a continuar con las compras, nos acompañó Guille. Mientras Rebeca recorría tiendas Guille y yo matamos el tiempo en el StarBuck y luego viendo discos. Al final entramos con Rebeca a una tienda para que nos modelara unos vestidos, que no la convencieron.
De ahí regresamos a casa del Abuelo. El resultado del día: yo compré dos libros y Guille un disco, Rebeca no compró nada. Pero yo ya había cumplido, pensé, que ingenuo.
El plan para el sábado era pasar una mañana relajda, ver al Barcelona ganarle al Madrid, mientras comíamos unas tortas, y vestirnos para la boda, a la que estábamos citados a las 5:30 pm.
En la noche Rebeca me hizo una solicitud, "¿mañana temprano me puedes llevar a que me sequen el pelo". Pensé que no habría ningún problema.
El sábado, después de desayunar, mientras leía el periódico en la terraza con mi Papá. Se apareció Rebeca, "ya estoy lista, vamos a ver vestidos". Realmente pensé que bromeaba, yo sabía que tenía que ir a secarse el pelo, que ingenuo.
Ya en el carro me dijo, "Me dijo Rosario que por su casa hay una tienda con una gran variedad de vestidos de lino y que de seguro encuentro algo para la boda". Así que a ver vestidos nuevamente, no saben que emosión tenía.
Dimos con la tienda y en pocos segundos Rebeca ya estaba probándose vestidos, una señorita iba y venía trayéndelo modelos. Yo, resignado, comentaba sobre cada vestido. Al final, salió sin nada, pero para fortuna inmediatamente saliendo de la tienda encontró un saloncito donde le acbaron de arreglar el cabello. Al menos esa parte si la hicimos con éxito.
Llegamos a casa del abuelo justo a tiempo para ver el partido. Augusto, las "niñas" y Javo (el novio de Tamara) ya estaban acomodándose. El pobre de Javo mantenía silencio, era el único que le iba al Madrid. Los Soberón Tavano y las tortas llegaron casi al mismo tiempo. También llegaron  Adrian y La, el novio y la madre del mismo. Todo estaba listo para el plan establecido, bueno eso pensaban los García-Besné Soberón presentes.
Se comenzarón a distribuir las tortas, yo agarré una "cubana", cuando la abrí pensé que tenía suficiente comida como para alimentarme un mes. Aunque no lo crean no me la pude acabar.
En eso llegó Rosario, justo al medio tiempo, cuando iba a comenzar el segundo alguna señal hizo que todos los García Besné, incluido el Javo, salieron de la casa, para irse a arreglar. Durante el segundo tiempo pensé que el único beneficiado fue el Javo, se libró de las burlas por la derrota de su equipo.
Acabando el juego nos arreglamos  y emprendimos el camino a la boda, llegamos como ingleses a casa de Mario, sede del evento, 5:30 en punto.
Como en toda Boda la primer parte se pasó en saludar a familiares y amigos, algunos que tenía mucho tiempo de no ver.
La boda, que sería civil, complementada con algunos ingredientes extra que se le ocurrieron a Rosario, comenzó como a las 6:30. Saqué mi cámara y busque un lugar estratégico para las fotos. Tomé fotos hasta que se le acabo la memoria a mi cámara.

Por desgracia, ya no pude tomar fotos en la fiesta, eso hubiera estado muy bien.
El jardín de casa de Mario y Ale la arreglaron muy bien para el reventón. La verdad todos estaban muy contentos. Ya cuando comenzaba a agarrar vuelo me pidió mi papá que lo llevara a su casa, cuando le dije que si me dijo, "pero hay que darle aventón a tu Tía Celia", por supuesto que no puse objeción. Cuando estábamos ya subiendo al carro Ofe, mi prima, se acercó y me dijo, "¿ya te dijeron que Tía Celia va hasta Palmira?".
Rebeca, cuando supo, decidió acompañarme a la expedición. Después de dejar a Tía Celia fuimos a dejar al Abuelo. Cuando vio que nos subíamos de nuevo al carro comentó, "¡¡¿¿DE VERDAD VAN A REGRESAR A LA FIESTA??!!". Respondimos afirmativamente y antes de que pudiera decir algo agarramos camino.
Cuando nos reincorporamos a la fiesta el alcohol ya se había apoderado de la concurrencia, y entre los más enfiestados algunos de los primos del novio. Por prudencia no profundizaré en que primos y magnitudes de borrachera.
Cuando alguna gente comenzaba a partir me encontré a Jaime, el esposo de mi prima Martha, me preguntó por Jorge mi primo (para los que no son miembros de la familia comentaré que Jorge es como 4 años mayor que yo). Martha y mis tías ya se querían ir y venían todos juntos. Le comenté que lo había visto pasar con su novia a la pista de baile, a lo que respondió, "no sabes que bien le ha caído esta novia, esta irreconocible".
Después de un buen rato me lo encontré de nuevo, "no lo encuentro, ahora si ya me preocupé". Mi respuesta fue automática, "Jaime, DESPREOCÚPATE".
En eso me encontré a Guille junto a la pista de baile, cuando me vio me dijo, señalando a Adrian, "Miralo, es un traga años como Mariana, parece bebé y ya se casó".
Rebeca y yo nos dedicamos a contemplar a la concurrencia, divertidos viendo a los jovenes. Inclusive nos tocó ver cuando Guille llegó a interrogar a un pobre muchacho que osó intentar platicar con Mariana. Según supimos le pregunto quien era, de quien era invitado y que intenciones tenía.
Como a la 1:30 el celador de la hermana nos dijo que era apropiado que nos retiraramos. Mariana se quedó con Julieta, se iría a dormir a su casa.
Apenas estábamos abriendo la puerta del carro cuando sonó mi celular, "A QUE HORAS VAN A VENIR, YA ES MUY TARDE", mi papá preocupado por "su cachorro" y familia. "Ya nos estamos subiendo al carro le dije". En el desayuno me diría que no me creyó, pensaba que le estaba dando largas.
¿Como resumir la boda?, bueno tuvo todos los ingredientes, dama desmayada, madre aterrizando en pista de baile, parientes enfiestados, vamos, hasta mesero borracho hubo.
En la mañana, cuando nos preparabamos para ir al DF, el plan era ver el juego de los Pumas en Niño Jesús, el Abuelo le preguntó a Guille como estaba. "Abuelo, he tenido mejores mañanas".
En la tarde Guille y Mariana regresaron a Monterrey, Rebeca y yo a Guaymas el lunes en la mañana. Cuando estábamos a punto de subir al avión nos encontramos en la sala de espera a Iliana y Adrian, los flamantes esposos. Nos reímos un rato de las anecdotas de la boda y de la "Furia Soberón".
El miércoles Rebeca y yo cumplimos 26 años de matrimonio, la pasamos en casa tranquilos, en la tarde destapamos una botella de Champagne, nos reímos como siempre, es increible como a pesar de tantos años nos seguimos riendo como al principio. Realmente se ha ido rápido.
Para festejar una semana de tantos eventos hoy me aventé 15.82 kms, riendome de lo que recordaba de la boda y cantando la música de mi mp3.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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