sábado, abril 08, 2006

2 corridas, 1 reventón, 1 reunión familiar y 1 alucine

Fecha: 6 de abril de 2006
Distancia (kms.): 10.49
Paso: 5’44”/km.
FCP (Puls/min.): 157
Ruta: Camino a Tinajas
Clima: despejado, viento fresco

Fecha: 8 de abril de 2006
Distancia (kms.): 21.1
Paso: 6’17”/km.
FCP (Puls/min.): 156
Ruta: Camino Tinajas a San Carlos
Clima: Despejado, templado, muy rico

Divagaciones:
Por segunda vez me aviento las divagaciones de dos carreras en una sola entrada. La verdad es que con eso de la semana santa me la pasé en friega para sacar todos los pendientes y poderme dedicar toda la semana a echar la flojera.
El jueves me levanté antes de que sonara el despertador. Me levanté con muchos ánimos.  Desde que arranqué me sentí muy bien, así que decidí que hoy correría con un ritmo menor a los 6 min./km. Tenía mucho de no intentarlo, desde el medio maratón de Rock and Roll Arizona.
Pocas veces voltee a ver al gps y al monitor de frecuencia cardiaca lo ignoré totalmente. Solo corrí, manteniendo el paso, ahora si no divagué y si lo hice ni me acuerdo.
Al final me sentí muy, bien, no puedo decir que haya sido mi mejor tiempo en esta ruta, pero sin lugar a dudas mi mejor tiempo en el año, corrí 10.5 kms. en 1 hora 16 segundos.
Mi plan para el fin de semana era dedicarme a descansar, pero ya para este día sabía que había habido un complot. Mariana, que llegaría el viernes, y Rebeca ya habían acordado un viaje a Tucson, Guille, que quiere comprar una cámara digital, apoyo la idea totalmente. Así que al llegar a la oficina hice la reservación de hotel por Internet y me puse a trabajar. El día pasó sin mayores contratiempos, bueno en el trabajo.
En casa, por un lado Guille se comenzó a quejar de malestares. Por otro, Lucía, una vecina, gran amiga, festejaba sus 40 años y los celebró invitando a toda mujer conocida de Guaymas y Obregón, solo mujeres. ¿Quién estaba más puesta que un calcetín?, en efecto Rebeca.
Para el festejo Lucía contrató un grupo musical de Obregón, como ya dije vecina, su casa está casi enfrente de la nuestra. No puse atención si el grupo era bueno o no, la verdad a las 12 de la noche uno no está para analizar la calidad de la música del reventón de al lado. Lo que si puedo certificar es que nunca pararon. Como sé contar, supe que no contaría con mi mujer en varias horas, así que me puse tapones en los oídos y me metí a dormir.
Estaba totalmente dormido cuando una luz me despertó, era Rebeca que se ponía la pijama. Me quité los tapones, ella dijo algo, pero no tengo idea que.
Volví a caer como piedra, la verdad es que si hay algo que no se me dificulta es dormirme.
Para el viernes, el plan era de qué sacará todos los pendientes de trabajo en la mañana. En la tarde saldríamos por ahí de las 5 de la tarde a Hermosillo. Aprovechar para hacer con calma unas compras, cenar, y en la noche, a las 9:55, recoger a Mariana en el aeropuerto.
Bueno, ese era el plan. Pero el carpintero llegó a las 4:00 p.m. (está arreglando todos los muebles de la cocina), a Guille el Dr. le dio cita para ver que le había causado la calentura. Yo por mi parte tuve que ir a ver al Cipriano, el técnico que desde hace un buen rato me está componiendo mi estéreo, para llevarle unas piezas que me acababan de llegar y que le faltaban para acabar de arreglarlo.
Cuando regresé a casa ya no estaba el carpintero (¿qué es lo que se puede avanzar en media hora?). Rebeca y Guille no estaban, pero apenas me senté sonó el teléfono, era Rebeca, el Dr, aún no llegaba al consultorio.
Total, a las 6:30 p.m., en lugar de estar en Hermosillo haciendo compras, me encontraba aplicándole una inyección a Guille.
Por fin, por ahí de las 7 agarramos camino. Llegamos a Hermosillo, a las carreras pasamos a un centro comercial para hacer compras urgentes. Nos fuimos al aeropuerto, ahí cenamos en el “snack bar”, ya que el restaurante estaba cerrado.
Mariana llegó, sorprendentemente, dado la aerolínea en que viajaba, a tiempo. Así que antes de las 10:30 p.m. ya habíamos salido del aeropuerto camino a Guaymas.
Una hora y media después estábamos en casa. Los 4 Soberón-Tirado reunidos, para nosotros fue una escena cotidiana. Yo creo que alguien nos debió haber filmado. En especial cuando en la puerta del cuarto de Mariana los cuatro discutíamos que sería más conveniente, si la inyección del domingo del Guille aplicarla en la madrugada del domingo, antes de salir, o al llegar a Tucson. Después de algo de discusión todos acordamos que lo mejor sería ponerla antes de salir.
Hoy sábado madrugué, a las 6:00 a.m. me tocaba ponerle inyección a Guille. Así que me levanté con tiempo para poner café, no sea que al estar medio dormido le confundiera un cachete inferior con un superior.
Lo inyecté, se quejó más por principios que por molestia, al salir de su cuarto ya estaba dormido nuevamente. Terminada la faena preparé todos mis gadgets y me preparé para irme a correr. Estaba a punto de irme cuando Rebeca comenzó a gritar desde las escaleras, “¡¿QUIEN ME ESTÁ TOCANDO EN LA PARED?!”. Yo pensé que o mi mujer había perdido la razón, o un pájaro carpintero estaba haciendo de las suyas. No crean que fue una decisión sencilla. Pero, aún con alguna duda, salí a ver si había algún carpintero para espantar. Ahí estaba, golpeteando en una pared de la casa. Lo espanté y me fui a correr.
Hoy me tocaba una carrera larga, ya que el jueves me sentí tan bien, y era aún temprano y el clima muy rico, decidí que correría un medio maratón.
Igual que el jueves me sentí muy bien, pero decidí cuidarme, no creo que para una carrera larga de mantenimiento esté para correrla en menos de 6’15”/km. Pero toda la carrera me sentí bien. Obviamente en más de 20 kms. de distancia hay mucho tiempo para divagar. Durante la carrera pensé en AMLO (no se apendeje, no voté por el peje) y demás candidatos (NOOO, ya más política dirán los pocos lectores asiduos que aún quedan de este blog). Un buen rato fue sobre que ya pasé los 500 lectores de mi blog, me refiero a lectores diferentes, no visitas (548 en el momento que escribo esto).
Pero lo mejor de todo fue el alucine. En la comunidades de corredores algo que se discute mucho es si existe o no el “runner’s high”. Si el correr, o hacer cualquier actividad física mantenida por un buen periodo de tiempo, hace que el cuerpo produzca endorfinas, que, como su nombre indica, se parecen a algunas drogas; sería de esperar algunos efectos similares a dichas drogas.
Yo creo que si actúan, hoy, por ejemplo, cuando llevaba ya recorridos 15 kms. mi imaginación comenzó a funcionar. Aliciné que estaba corriendo un maratón olímpico. No pregunten cual, por momentos era en Sydney, por momentos Atenas (la mayor parte del tiempo) y a ratos era Beijing. El chiste es que yo era un corredor totalmente desconocido, que estaba de líder en el maratón, y que todos esperaban que de un momento a otro “tronara”. No saben, es increíble ganar un maratón olímpico cuando nadie lo conoce a uno, haciendo un tiempo de 2 horas 12 minutos en una ruta bastante complicada.
En resumen diría yo que fue una sabia decisión cambiar la nicotina, que no “ponen”, por las endorfinas.

1 comentario:

Tio Joe dijo...

¿Qué tenía Guille?... (Debes de estar en Tucson).