sábado, octubre 29, 2005

Rica corrida

Fecha: 29 de octubre, 2005
Distancia (km): 20
Paso (min/km): 6’11”
FCP (puls/min): 156
Ruta: Camino a San Carlos, sin colinas
Clima: rico, soleado
Divagaciones:
La mayor parte del tiempo me dedique a disfrutar la carrera, todo estuvo ideal. El clima, despejado, ligeramente caliente, pero nada pesado; la hora, ya no de madrugada, dado el cambio de clima ya no tengo la preocupación de madrugar para evitar el calor; una buena combinación de música en mi mp3, el paisaje del que nunca me canso, sobre todo de Tinajas en adelante, pero en especial mi ánimo. Las últimas semanas me he sentido muy bien, probablemente sea que se fue el calor y la humedad.
Además tenía muchas ganas de correr, la semana pasada no hice carrera larga y la verdad me faltó, es increíble como uno “bota” la tensión con una corrida larga.
Así que me dedique a disfrutar la carrera, al principio me costó algo de trabajo, por un momento pensé que iba a ser el otro lado de la moneda de la carrera del jueves pasado. Pero ya que agarré el paso me sentí muy bien.
Mucha gente se sorprende de cómo disfruto el ir a correr, algunos más bien creen que estoy loco, puede que tengan razón.
Para los que no son corredores debe ser difícil de comprender, en apariencia es solo poner un pie frente al otro y el hacerlo por muchos kilómetros debe de ser aburrido, además de cansado, al menos así piensa bastante gente. Otros más piensan que el cuerpo sufre un desgaste innecesario, cada ves que pega un pie en el piso el esqueleto lo resiente, mis 74 kilos caen en cada pie a cada paso, y para 20 kms que corrí eso debe equivaler a como unos 25,000 golpes.
Bueno, debo aclarar varias cosas, primero, si hay varios tipos de lesiones relacionadas con el correr, por eso compró zapatos para correr diseñados para ello y los cambio cada 500 kms. También por eso corro 3 días a la semana, más 2 días en la caminadora elíptica (donde no hay golpeteo de pie con piso), hay que darle tiempo al cuerpo para que se recupere, más siendo un cuarentón.
Segundo, si es cansado, pero, ¿no es ese el punto para hacer ejercicio? El músculo más importante que tenemos es el corazón, y la única forma de ejercitarlo para que esté fuerte y sano es el ejercicio aeróbico.
Finalmente, ¿aburrido?, me imagino que si lo único que uno hiciera fuera pensar “pie izquierdo, pie derecho, pie izquierdo, pie derecho…” sería aburridísimo, pero entre todas las cosas que pienso mientras corro, nunca ha estado eso en mi mente. Muchas otras cosas si, pero eso nunca.
Debo confesar que hasta viajar a la luna se me ha ocurrido mientras corro, algunas veces hasta he llegado a pensar que haría si fuese un magnate, muchas otras lo que ocupa mi mente son cosas que debo hacer para resolver problemas que se me presentan en el trabajo, otras más me dedico a pensar en como hacer para mejorar como persona, que hice bien y, sobre todo, que hice mal en la semana. La verdad, nunca me he aburrido mientras corro, todo lo contrario.
Es más, si no fuera porque hoy me toca descanso, en este momento me iría a correr.

jueves, octubre 27, 2005

Es curioso

Fecha: 27 de octubre, 2005
Distancia: 10 kms.
Paso: 5’33”/km
FCP: 156 puls/min
Ruta: Camino a tinajas con colinas
Clima: Fresco
Divagaciones:
Es curioso como en algunas ocasiones el cuerpo responde de manera contraria a la mente. Por ejemplo, hoy me levanté con una gran flojera, cuando iba bajando las escaleras pensaba: “debería regresarme a la cama”. Ya abajo, mientras me ponía todos mis aditamentos para ir a correr (mis hijos y Rebeca decían antes que parecía Robocop), me preguntaba si no sería mejor echarme otra dormidita y olvidarme de la corrida. Ya afuera, mientras calentaba me decía: “bueno ya estoy aquí, así que vamos a correr aún con esta flojera”.
Entonces arranqué, desde el principio me sentí muy bien, cuando agarré la subida de la calle Cananea me sorprendí de que tan bien me sentía, en la bajada aceleré. Conforme avanzaban los kilómetros me sentía cada vez mejor. Pocas veces voltee a ver mi GPS o al monitor de frecuencia cardiaca, estaba totalmente concentrado, disfrutando la carrera. Cuando sonó la alarma de los 5 kms me sorprendí, no me sentía cansado. Inicié el regreso aumentando la velocidad, a ver cuanto aguantaba. Llegué nuevamente a la subida de Cananea, mantuve mi ritmo. Lo único que me desconcentró fue un perro, a pocas cuadras de la casa, al cual espanté con un gran grito. Llegué a la casa de regreso, voltee a ver mi tiempo, 55 minutos con 41 segundos. Mi mejor tiempo en los 10 kms en el año.
Ya que me relajaba me puse a pensar, es curioso, mi mente se resistía a correr, pero mi cuerpo lo gozó. No es la primera vez que me ocurre, también me ha ocurrido al revés, levantarme con muchos ánimos y no poder disfrutar la carrera.
Yo creo que en todos los aspectos de la vida nos ocurre igual, llegar al trabajo desganado, pero conforme uno comienza a realizar sus actividades agarrar el ritmo y al final acabar cumpliendo más objetivos que los fijados para ese día. O todo lo contrario, llegar con ganas, y al primer problema comenzar a desanimarse y al final del día estar aún con varios pendientes. Es más cuantas veces al llegar a un evento social con todo el ánimo para “agarrar parranda” y acabar aburrido y de regreso en casa en poco tiempo. Es común escuchar que las veladas más divertidas son aquellas en las que no se tenía ningún plan.
Es curios, ¿por qué será?

martes, octubre 25, 2005

Vestimentas

Fecha: 25 de octubre, 2005
Distancia: 10 kms.
Paso: 6’06”/km
FCP:150 puls/min
Ruta: Camino a Tinajas, sin colinas
Clima: Fresco, seco
Divagaciones:
Hoy la verdad tuve pocas divagaciones, un poco en torno a la vestimenta de otros corredores o caminadores. Aunque ya refrescó, la verdad me llamó la atención que ya la mayor parte de los que salen a hacer ejercicio en la madrugada, lo hacen ya más abrigados, con rompeviento o, inclusive, chamarras. Hace apenas una semana predominaban las camisetas. No creo que el cambió de clima se aún tanto como para abrigarse, más bien la gente siente que ya es hora de cambio de vestimenta.
Algo que me gusta mucho de Guaymas es el cambio de clima. Tengo amigos que han vivido en lugares tropicales, donde siempre el clima está alrededor de 30°C, en general se quejan de que se desesperan por la monotonía. No importa que época del año sea, siempre hace calorcito y todo está húmedo.
En Guaymas es rico que en época de frío se requiere estar abrigado, no es que llegue a bajar mucho la temperatura, sino que los vientos de noreste le enfrían a uno hasta los huesos, ya dentro de poco llegarán. Así que uno saca toda la vestimenta invernal.
En cambio en verano llega hacer bastante calor de junio a septiembre, en especial julio y agosto son muy pesados. Ahora corriendo lo siento mucho, hoy llevé siempre un buen paso y siempre estuve debajo de 155 puls/min., hace 3 semanas eso hubiera sido imposible.
En verano uno se pasa la mayor parte del tiempo con ropa muy ligera, medio “bichi”, como dicen aquí. La ropa invernal se mete en el último rincón del closet.
En este momento ya mucha gente comienza a guardar la ropa de verano y a sacar la de invierno, yo la verdad me esperaré al menos una semana más.

jueves, octubre 20, 2005

Aprovechar el tiempo

Aprovechar el tiempo
Fecha: 20 de octubre, 2005
Distancia: 10 kms.
Paso: 5’44”/kms.
FCP: 156 puls/min
Ruta: Camino a Tinajas, con Colinas
Clima: fresco, despejado
Divagaciones:
Hoy el clima estuvo rico, lo cual aproveché para correr con más intensidad. Todo el camino pensé en dos grandes amigos, Bill y Penny, una pareja muy especial. Ayer fuimos Guille, Rebeca y yo a visitarlos. Ellos son mayores que Rebeca y yo, Bill tiene 65 años, pero jóvenes de corazón. A Bill lo conocí por el trabajo, cuando yo llegué a Guaymas el colaboraba con algunos de los colegas en el Campus Guaymas, y cuando fui director del posgrado, él dio clases de métodos numéricos como profesor de auxiliar y asesoró a varios alumnos. Nos hemos seguido frecuentando a lo largo de los años. Muchas veces me gusta “rebotar” mis ideas con él. Obviamente a Penny la conocí por Bill, pero mucho del trato con ella fue también porque en primaria fue maestra de Guille en el Colegio Americano.
Cuando Guille estaba en segundo año, ella era la titular de su salón, así que le tiene a Guille especial cariño. Hay una anécdota que tal vez algunos de uds. conozcan, pero la contaré nuevamente. Un día en clase Penny preguntó; “Which is the English Word for Huevos?”, Guille inmediatamente se levantó y a todo pulmón gritó: “¡¡¡Testicles!!!”.
Una gran parte del tiempo, Penny, Rebeca y Guille platicaban de aquellos tiempos, Bill y yo escuchábamos. Guille se comprometió a tomarles una foto a todos los que fueron sus compañeros en aquel entonces y que aún siguen en Guaymas para enviárselas.
En algún momento Penny nos decía que ahora que pasaba todo su tiempo con Bill recordaba mucho como hasta hace poco los dos organizaban planes cada quien por su lado. A fin de cuentas tenían mucho tiempo para estar juntos, pero ahora se daba cuenta de que hay que aprovechar al máximo el tiempo. Seguimos platicando luego de otras cosas, más que nada de diferencias entre Estados Unidos y México y como ellos preferían más estar en México, en Guaymas. Cerca de las 8 de la noche nos despedimos. Quedarnos de vernos en la primer semana de Diciembre que regresen de Tucson.
La verdad pienso mucho en lo que dijo Penny, le diagnosticaron un cáncer de pulmón hace poco tiempo.

martes, octubre 18, 2005

Que suerte tengo

Que suerte tengo
Fecha: 18 de octubre
Distancia: 10 kms.
Paso: 6’09”
FCP: 148
Ruta: Camino a Tinajas, sin colinas
Clima: templado, despejado
Divagaciones:
El clima hoy estuvo bastante rico, pero lo mejor fue la luna llena iluminando el camino. Me acompañó todo el camino. Yo creo que entre la luna, el como disfrute mi labor de fotógrafo corredor y una información que me encontré en el periódico el domingo hicieron que toda la carrera me la pasara pensando en que suerte tengo.
Vivo en un lugar hermoso, la puerta de mi casa está a 450 metros de la puerta del edificio donde trabajo. Tanto mi casa, como mi oficina tienen una hermosa vista al mar. Además Guaymas es un lugar muy seguro, según leí en el periódico ayer, la media del índice de criminalidad en el país está en 17 delitos por cada 1000 habitantes, pues en Guaymas es de 5.4, menos de un tercio de la media nacional.
Además gozo mucho mi familia, tengo dos magníficos hijos. Mariana que estudia en Monterrey, inicia su aventura de vivir fuera de casa y, como toda persona que ha pasado por esto antes, pasa por dudas e incertidumbres, pero irá agarrando confianza, la verdad la extraño, pero me da satisfacción saber que ya pasó a otra etapa en su vida. Guille, que es el ser más noble que hay, como todo adolescente comienza a irse de parranda, pero siempre llega a la hora que dice y siempre avisa donde está. En este momento está muy motivado ya que en el último parcial sacó 91 de promedio. Ya en un año también habrá agarrado camino para estudiar en algún lado. Para cerrar con broche de oro, Rebeca, yo no sé que sería de mi vida, más que estar detrás de mi está jalándome todo el tiempo. Además me hace reír todo el tiempo y para colmo de males me “chiquea”.
Así que yo no sé que fue, pero algo debo de haber hecho bien, muy bien.

sábado, octubre 15, 2005

Fotografo-corredor

Fotógrafo-corredor
Fecha: Octubre 13, 2005
Distancia: 20 kms.
Paso: 6’24”/km.
FCP: 156 puls/min.
Ruta: Camino a San Carlos, sin colinas
Clima: despejado, rico.
Divagaciones:
Fue una corrida rica, la pude haber completado en 2 horas, pero me entretuve tomando fotos. Me llevé la camarita que Rebeca le heredo a Mariana, tiene un tamaño muy práctico, cupo bastante bien en la bolsita que tengo para poner en el cinturón del short.
Así que van las fotos de la ruta, con una descripción de cada una.




Así es como se veía la calle donde vivo al momento de iniciar el recorrido, era un poco antes de las 6:00 a.m.

La avenida Luis Encinas, donde esta la desviación para Miramar.
Después de esta foto decidi tomar la siguiente hasta que aperecieran los paisajes bonitos.
Por ahí de las 6:20, unos 5 kms de recorrido, el Estero de Miramar, poco antes de llegar a Tinajas.
Un poco más adelante, la Boca del Estero de Miramar, casi llegando a donde comienza el empedrado.
El inició del camino nuevo a San Carlos, tomado al inicio de la colina., al fondo a la izquierda se ve el final de la misma.
Se preguntarán, porque digo que es la ruta “sin colinas”. Esto es por costumbre, antes de comenzar a correr en el camino nuevo a San Carlos, mis rutas eran entre la casa y Tinajas, con dos variantes, en una la ruta es más o menos plana, en la otra tomaba la subida de la calle Cananea en la colonia Lomas de Cortés donde vivo. El decir sin colinas, es que no subí esa calle, aunque en el camino nuevo hay varias colinas.


Esta es la vista al final de la colina, vale la pena el esfuerzo.

Esta es la construcción de lo que será el Delfinario-Acuario.

Una vista, ya casí llegando al Estero del soldado.

Otra vez el Estero del Soldado, ahora es la vista de donde llegó a los 10 Kms. e inicio el camino de regreso.


Vista del León Dormido y el paste ya de regreso

Vista ya llegando dan e regreso a la colina antes de Tinajas. A la derecha se observa el otro lado de la bahía de Bacochibampo, donde esta mi cas y el Tec.


Por fin llegué al final de la colina, esto fue lo que me encontré.

Ya en tinajas, una vista del otro lado de la bahía de Bacochibampo.

Ya de regreso así es como se vé el estero de Miramar, al fondo el Cerro del Vigía.

De regreso al Boulevard Luis Encinas, a menos de 2.5 kms. para acabar la carrera del día.

Por fin, después de 20 kms., llegué a casa.

jueves, octubre 13, 2005

¿A dónde vamos?

¿A dónde vamos?
Fecha: Octubre 13, 2005
Distancia: 10 kms.
Paso: 5’49”/km.
FCP: 156 puls/min.
Ruta: Camino a Tinajas, con colinas
Clima: despejado, rico.
Divagaciones:
La verdad es que hoy divagué muy poco, me concentré mucho en la corrida. Me tocó la ruta de colinas, que debo reconocer es una sola, pero como la paso dos veces uso el plural. Esta ruta siempre la corro a más intensidad, la idea es estar arriba de 155 puls/min. La verdad es que con lo bien que me he sentido, me ha costado trabajo llegar a esa frecuencia cardiaca, lo que hace que me tenga que concentrar más en la carrera. Valió la pena, desde mayo que no corría 10 kms. en menos de una hora, hoy mi tiempo fue de 58’18”.
Lo poco que divagué fue en torno a los precandidatos de los distintos partidos. En gran medida debido a toda la podredumbre que está saliendo ahora en los diarios. ¿A dónde vamos?
La verdad es que ahora si la caballada está flaca, no hay para donde hacerse. No voy analizar más que a uno de los miembros de la caballada, el único que se salva. Aunque nunca me he sentido identificado con el PAN, si en este momento fueran las elecciones votaría por Felipe Calderón, ¿Por qué?
Simple y sencillamente porqué es el único que ha mostrado consistencia, siempre ha sido el mismo, nunca ha variado su discurso, sin importar el momento político. Se puede o no estar de acuerdo con él, pero no habría duda de que actuaría en forma consistente.
Ahora que si gana Felipe, ¿A dónde iríamos?

martes, octubre 11, 2005

Comenzó el Otoño

Comenzó el otoño
Fecha: Octubre 11, 2005
Distancia: 10 kms.
Paso: 6’21”/km.
FCP: 146 puls/min.
Ruta: Camino a Tinajas, sin colinas
Clima: despejado, rico.
Divagaciones:
Para mí, que crecí en la Cd. De México, siempre me ha llamado la atención con el que se dan los cambios de estación en Guaymas.
Por ejemplo, puedo decir que el otoño, para mi, comenzó este día. Desde que me levanté sentí el clima muy rico para correr, ligeramente fresco y seco. Eso se reflejó en mi corrida, siempre mi primer corrida de la semana la idea es mantenerme debajo de 155 puls/min., hoy batallé para mantenerme arriba de 145 puls/min.
Me llamó la atención que hace apenas tres días, el sábado que hice la corrida larga, el calor y la humedad me pegaron duro en los últimos kms., hoy me sentí un campeón.
Mientras corría recordé que realmente desde el domingo ya había varias indicaciones del cambio. El agua de la alberca se sintió fresca todo el fin de semana, el viento ya cambió de dirección, ahora pegando por el noroeste y, en especial, las aves, ya se está llenando mi jardín de tortolitas y chanates, que se dan un festín con las croquetas de mis perros. Estos pájaros siempre son el principal indicador del cambio.
Para mí el mejor tiempo en Guaymas es lo que llaman aquí “el entretiempo”, cuando vienen los cambios de clima. En octubre, de verano a otoño, y en mayo, de primavera a verano. El clima es cálido, no caliente, sin humedad, con cielos despejados.
Así pues, me comenzaré a castigar con el otoño.

sábado, octubre 08, 2005

La Ruta

La Ruta
Fecha: Octubre 8, 2005
Distancia: 18 kms.
Paso: 6’55””/km.
FCP: 161 puls/min.
Ruta: Camino nuevo a San Carlos, sin colinas
Clima: Húmedo, despejado, soleado.
Divagaciones:
Como supondrán, en 18 kms. uno tiene mucho para divagar. La verdad pasaron muchas cosas en mi mente, pero más que nada me dedique a disfrutar el paisaje, en especial la parte de Tinajas en adelante.
Para comenzar, al final de Tinajas, llegando a donde comienza el camino nuevo, pegados a la orilla un sin fin de pelícanos, y algunas pocas gaviotas. Estaban tan cerca de la orilla que conforme iba avanzando lo veía levantar el vuelo.
Luego, comenzando el camino nuevo, la primer colina (algún día tendré que aclarar porque llamo a esta ruta “sin colinas” cuando están las del camino nuevo). De un lado los cerros, color rojizo, con la vegetación del desierto, y del otro el mar. Esa primer colina es larga, pero empinada. Mi monitor de frecuencia cardiaca (entrenador 2) siempre se pone loco. Pero vale la pena, ya que al llegar a la cima uno se encuentra con una increíble vista, el mar, el “León Echado” (un islote que hace honor a su nombre), al fondo el “Tetas de cabra”, el cerro más tradicional de Guaymas-San Carlos.
Después el camino sigue con algunas colinas, pero nada tan pronunciado. Al final de la primera de ellas es donde están construyendo el delfinario-acuario. Es bonito el contraste, el mar de un lado y los cerros desérticos, no pelones, del otro lado.
El día de hoy, que corrí 18 kms., no llegué hasta el Estero del Soldado, la próxima semana, que me tocan los 20 kms., llegaré a él.
De regreso pensarían que es lo mismo, la verdad es que cambia mucho el paisaje de regreso.
El único problema es que en la colina antes de llegar a Tinajas, la que en la parte donde describí el camino de ida como la “primer colina”, es peor, es más corta, pero mucho más empinada. Pero igual, al llegar a la cima la vista vale la pena. Tinajas, Miramar, el Cerro del Vigía, Lomas de Cortés (donde vivo) y el Tec.
El resto del camino debería decir que es tranquilo, pero la verdad es que a esa hora (7:30 a.m.) ya hacía un solazo. Así que el resto del camino realmente me la llevé muy tranquilo.
Cuando llegué a la casa me encontré a Rebeca, cuando me preguntó como venía le dije que con crisis. “¿muy cansado?” me preguntó. “No, oyendo a Mike Oldfield”, le respondí.
Sé que para los que no conocen Guaymas, o para los que no han ido a ver el camino nuevo, no saben alo que me refiero, para la próxima me llevaré una cámara para tomar algunas fotos.

jueves, octubre 06, 2005

¡¡%$#@&* BANAMEX!!

¡¡%$#@&* BANAMEX!!
Fecha: Octubre 6, 2005
Distancia: 9 km
paso: 5’50”/km
FCP: 161 puls/min
Ruta: Camino a Tinajas, con colinas
Clima: Húmedo, despejado.
Divagaciones:
¡Estoy como agua para chocolate!
Toda la corrida fue para descargar el coraje con BANAMEX. Desde el 8 de Febrero que ando en problemas con ellos. Ese día me hablaron de la dirección de prevención de fraudes de ese banco, para ver si acababa yo de hacer algunos movimientos en mis cuentas, cosa que no había hecho. Resulta que alguien violó los sistemas de seguridad de bancanet y de mis tarjetas de crédito, tengo 2 con ese banco (espero que para la próxima semana diga que ya no tengo nada), había movido dinero a mi cuenta de ahorro y de ahí había hecho un depósito en una cuenta de un tercero. En total $41,000°°, mas los cargos por comisiones, me habían quitado.
Desde entonces he seguido las indicaciones de la dirección de prvención de fraudes al pie de la letra. En mayo me restituyeron a mi cuenta de ahorro los $41,000°° a mi cuenta de ahorro y se me indicó que yo hiciera los movimientos de la ella a las tarjetas. Lo primero que dije, “¿y los cargos por comisiones y los intereses que se han generado de los mismos?”, me dijeron que no me preocupara y que fuera al banco a seguir el trámite de aclaración normal, que ese mismo mes mis tarjetas quedarían en blanco.
Estamos a octubre, mes con mes ha sido estar viendo en que estado va el trámite, siempre igual, ahora si queda este mes. En total el adeudo está ya en más de $5,000.
Pues llega octubre y el lunes en la tarde me hablan de un despacho jurídco, contratado por Banamex, para hacerme pagar el adeudo. Los de la dirección de prevención de fraudes dicen estar sorprendidos, y me dicen que ya están ellos directamente trabajando con la dirección de cobranzas para ver que les pasa. Yo estoy “up to the mother”.
La carrera estuvo bien, inclusive hice muy buen tiempo y llegué a la casa ya más relajado. Pero a las 7:00 a.m. sonó el teléfono, del despacho legal que maneja mi cuenta, “¿Cuando va Ud. a pagar?”
GRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR

martes, octubre 04, 2005

¿Estaré loco?

Fecha: Octubre 4, 2005
Distancia: 9 km
paso: 6’44”/km
FCP: 151 puls/min
Ruta: Camino a Tinajas, sin colinas
Clima: Húmedo, nublado.
Divagaciones:
En la noche, cuando comienzo a preparar todo para ir a correr en la madrugada, regularmente Rebeca me hace la misma pregunta, “¿vas a ir a correr en la madrugada?”, que inmediatamente remata, sin darme tiempo a contestar, con un: “¡Estás bien loco!”.
La verdad es que muchas veces, como hoy, que me levanto a las 5:00 a.m. y ando como carrito chocón, en lo que me voy vistiendo para ir a correr, me pregunto si en verdad no estaré loco, tan rico que es estar en la cama.
Pero la verdad es que ya que comienzo a correr, y veo la silueta de los cerros dibujados por la contra luz del sol, que en breve aparecerá tras ellos, se me disipan las dudas y me felicito por haberme levantado. Es como si estuviera estrenando un regalo, un nuevo día.
El resto de la corrida divagué más sobre una plática de acuacultura, que voy a ir a dar a Monterrey para los alumnos de la carrera de Agronegocios.
Pero ocurrió algo que vale la pena contar. Corriendo he aprendido que el viejo dicho “perro que ladra no muerde” es muy cierto, los que atacan nunca ladran. Por eso cuando corro, en los lugares donde se que se junta perros callejeros, siempre ando con mucha precaución. Cuando veo que en el camino hay un perro que no conozco, lo primero es nunca quitarle la mirada, generalmente atacan cuando ven que uno está distraído. Segundo “leer” su comportamiento, si ladran me tranquilizo, dependiendo de que tan lejos están hay varias opciones, mostrarle que no quieres nada con él alejándose, o hacer la finta de que le vas a tirar una piedra. Pero cuando un perro no ladra y baja las orejas es señal de que va atacar. Cuando veo esto, tengo un truco que no falla. En el momento que veo que va atacar, salgo corriendo en su dirección, confrontándolo, agitando los brazos y gritando a todo pulmón. No hay perro que aguante, sin importar raza o tamaño, todos salen huyendo, aterrados, algunos inclusive aullando y llorando. La siguiente vez que ese perro me ve, se esconde.
Hoy tuve que usar mi truco nuevamente, cualquiera que me haya visto pensará que realmente si estoy loco. El resto de la corrida fue bastante tranquilo, me lo tomé con mucha calma.

domingo, octubre 02, 2005

¿Un blog?
Fecha: Octubre 1, 2005
Distancia: 16 km
paso: 7'3"/km
FCP: 157 puls/min
Ruta: Camino nuevo a San Carlos, sin colinas
Clima: Húmedo, nublado.
Divagaciones:
"¿Un blog?, ¿sobre qué?, ¿para qué?
Estás preguntas aparecieron en mi mente antes de llegar al km 3, mientras escuchaba “Thick as a brick” de Jethro Tull.
No es raro que mientras corro se me ocurran cosas, más bien es lo normal, es una de las razones por las que disfruto tanto correr.
Vayamos por partes, “¿Un blog?”
Obviamente la idea no es algo que haya salido de la nada, el Gordo (http://johnploy.blogspot.com/ ), Pirulee (http://tremendo.com/bitacora/ ) y Jorge (http://muelle66.blogspot.com/ ), mis cuñados, tienen sus blogs, los cuales son bastante buenos. Así que ya en el ambiente familiar es algo común. Además en el último numero de Runner’s World viene un artículo sobre el tema. La preguntas más bien sería, “¿Cómo no se me ocurrió antes?”
“¿Sobre qué?
La respuesta es obvia, el principal tema será sobre las divagaciones que tiene mi mente mientras corro, si vieran la de cosas que pasan por mi mente. Pero además también me servirá como un registro de mis carreras, distancia, paso, comentarios sobre el clima y, si estoy entrenando para una carrera, avances de mi entrenamiento.
“¿Para qué?
La respuesta es, una vez más, obvia. Simplemente para compartir, el objetivo de los blogs es básicamente ese.
Yo creo que la pregunta más bien debería se “¿habrá quien se interese?”, pero eso ya lo sabré en el futuro.
Antes de llegar a donde están construyendo el delfinario-acuario, (unos 7.5 kms) ya estaba decidido, iba a hacer mi blog, pero me tomó un día sentarme para hacerlo, siendo sincero hasta lo olvide.
Yo creo que eso se debió a que la segunda mitad de la carrera fue decepcionante, desde que mi entrenador1 (mi gps) me marcó que había llegado a los 8 kms, la mitad de la carrera, me di cuenta de que iba atener problemas en el regreso, realmente la humedad estaba haciendo estragos en mi. En eso llegué a la colina mayor, que está entre el acuario y Tinajas, mi entrenador2 (el monitor de frecuencia cardiaca) se puso loco, llegué a 175. Cuando llegué a la cima me chupe mi gel de carbohidratos y tomé agua. La bajada me ayudó, pero me sentía muy cansado.
Seguí corriendo, pero al llegar a las casas que están después del CIB de plano me detuve y comencé a caminar. Hacía tiempo que no me detenía en una carrera.
Después de un buen rato reinicié la corrida, terminé los 16 kms, pero como sea no fue una buena carrera. Una corrida para olvidar.
El problema fue que con ello se me olvido todo lo que había divagado en la corrida.
Yo creo que la idea del blog hubiera quedado en el olvido si no fuera porque en la mañana Rebeca me recomendó que leyera el muelle 66, el blog de Jorge, donde platica sus experiencias ahora que se acaban de mudar a Mazatlán.
Apenas lo abrí recordé mis divagaciones del día anterior y aquí me tienen, escribiendo la primer entrada al nuevo blog…

Rock and Roll Arizona, 2005


Este es el relato del Maratón Rock’n Roll Arizona, corrido el 12 de enero de 2005, lo mandé a los grupos de yahoo el 18 de enero.
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Este relato trata de como mi cuerpo fue poseído por el nefasto antiheroe MOCOMAN del planeta Mormadón.
Todo comenzó el lunes 3 de enero, como cierre de mi entrenamiento para el Rock&Roll Arizona Marathon debía correr 5 kms, el clima lo impidió. Fue una mañana fría y lluviosa, en ese momento yo no lo sabía, pero el frió y la lluvia era parte del plan de Mocoman para preparar mi cuerpo para ser poseído. Trabaje todo el día, aunque en el Tec el regreso oficial al trabajo era el martes, preferí ir adelantando algunas cosas.
El martes me levanté con una ligera irritación de la garganta, ahora se que era el primer síntoma de la posesión. Durante el día no sentí más cambios, trabajé sin problemas, con las debidas interrupciones para compartir el intercambio de buenos deseos con los colegas.
El miércoles fue el día de la posesión, lo primero que noté fue que la irritación de la garganta había avanzado. Rebeca notó otro cambio durante la noche del martes, mi ronquido aumentó en intensidad y volumen. Para todos aquellos que han compartido habitación conmigo comprenderán el martirio que sufrió la pobre de mi mujer (y el humor con que se levantó), de esta forma la podemos considerar como la primer víctima de Mocoman.
La mañana la pasé relativamente tranquilo, pero en la tarde, por momentos, la nariz se me convertía en grifo de fluidos, los ojos me lloraban y los oídos se me tapaban.
En la noche MOCOMAN consumó la posesión, una vez más Rebeca sufrió las consecuencias, mi ronquido fue aún peor.
Yo por mi parte con la posesión me había transformado en una criatura extraña, de nariz roja que emanaba fluidos extraños, ojos rojos y pequeños, percepción acústica reducida y que producía sonidos guturales difíciles de comprender.
Se preguntarán que intención tendría MOCOMAN al posesionarse de un simple mortal como yo. Para mi es claro, realizar un ataque masivo al valle de Phoenix, una de las zonas urbanas de EU más densamente pobladas. Piensenlo, al correr el maratón esparciría las diásporas del nefasto ser que me poseía durante más de 4 horas por un recorrido que incluiría Phoenix, Scottsdale y Tempe. Además en su segundo año el r&razm es ya uno de los mayores de EU con 29,000 participantes (bueno, 11,700 del moratón, el resto del 1/2 maratón), así que podrían quedar contaminada gente de todos los rincones no solo del país sede, sino de otros países y continentes.. Mocoman sabía que que a 3 días del maratón nada me detendría para correrlo.
E.l jueves, acabando de comer, Mariana, Rebeca, Guille y Mocoman partimos rumbo a Phoenix. Ante la amenaza del ataque los dioses del maratón tenían que hacer algo. Su primer acción fue una enorme congestión en la garita de cruce de la frontera.. Más de 2:40 min tardamos en cruzar (Rebeca consideraba seriamente aniquilar a Mocoman).
Como continuamos el camino los dioses del maratón intentaron algo más, una construcción en la carretera a la salida a Tucson. Una fila interminable de vehículos, media hora a vuelta de rueda.
Todo fue inútil, a las 11:30 P.M. del jueves 6 de enero Mocoman había llegado al valle de Phoenix.
Antes de dormir Rebeca trató de apelar a lo quedaba de mi dentro del cuerpo poseído. Me cuestionó si acaso estaba dispuesto a permitir que Mocoman perpetuara su ataque (creo que sus palabras exactas fueron ''¿piensas correr con esa p#*@¥c€ gripa?"). En represalia Mocoman aumentó aún más el ronquido esa noche, pobre de mi mujer.
Amaneció con el clima ideal para Mocoman, frío, nublado y lluvioso. La mañana del viernes se nos fue en ir a buscar unos libreros que Rebeca había visto en Target. Comimos en casa de Helen y en la tarde fuimos hacer unos pendientes. Mocoman pensó que podría iniciar un ataque previo en la expo al ir a registrarse y recoger número, chip y camiseta. Cuando le informaron el tráfico que habría a esa hora en el centro de Phoenix decidió dejarlo para el sábado, grave error para su causa, como verán más adelante.
Rebeca una vez más apeló a mi cordura para detener a Mocoman ("¡estás bien loco si crees que vas a poder correr con esa p#*@¥c€ gripa!", fueron sus palabras). Por un segundo retomé el control y le dije que convocaría a los dioses del maratón para que expulsaran a Mocoman de mi cuerpo. Rebeca me miro y me dio su apoyo (más bien puso cara de que estaba loco y me dio un Sudafed 24 hrs).
En la noche se enfrentaron Mocoman y los dioses del maratón en mi cuerpo. Fue una lucha encarnizada, por momentos parecía que Mocoman tenía el control total. Pero repentinamente sentí que el aire fluía libremente por mi nariz. Los dioses me habían devuelto mi cuerpo (bueno, probablemente fue que el Sudafed surtió efecto).
La mañana del sábado amaneció helada, pero yo me sentía como nuevo. Rebeca me acompañó a la expo, me registré, recogí mi paquete, compramos algunas cosas y nos regresamos a casa de los Snyder.
Bill y Helen nos esperaban para comer, comida Italiana para acabarme de llenar de carbohidratos. Como los niños dormían los dejamos, solo Nicole nos acompañó.
Bill pagó, nos reciben en casa, nos atiendan como reyes y además invitan a comer, yo creo que nos están echando a perder.
Regresamos a la casa y Guille, Andera y Mariana habían despertado, así que los llevamos al Malla a comer algo.
En el mall Mocoman intentó recuperar el control, por medio de un dolor de cabeza, pero los dioses del maratón lo contuvieron (eso o el tylenol que me dio Rebeca surtió. efecto).
Regresamos a casa y nos preparamos para irnos al hotel...
¿AL HOTEL?.
¿Porque si nos tratan tan bien los Snyder nos íbamos a un hotel?
Bueno, Rebeca me pidió que viera como le hacía para que nadie se tuviera que levantarse a las 4:30 para llevarme a la línea de salida. Así que encontré un hotel que estaba a 4 cuadras de la meta, con transportación a la línea de salida.
Guille se fue con Rebeca y conmigo al hotel, Helen quedó de que se llevaría a las niñas a la meta para echarme porras a mi llegada.
En el hotel Rebeca me preguntó como me sentía, le respondí que estaba bajo la protección de los dioses del maratón (como sea me dio otro sudafed). Me comprometí a que iría bien cubierto la mañana siguiente para irme a la línea de salida. Dejé todo arreglado para la mañana siguiente y me fui a dormir.
En la mañana siguiente me levanté a las 5, me puse mi ropa para correr, con camiseta manga larga, mi gorra de lana, guantes y encima unos pants. Al salir del baño Rebeca me hizo saber que le alegraba que me hubiera librado de Mocoman (sus palabras fueron: ''por fin pude dormir sin tus p#*@¥c€s ronquidos).
Salí a desayunar (había horario especial para corredores). Al salir me sorprendió el clima, nada de frío, los dioses del maratón me protegían. En el comedor todos andaban en camiseta y shorts, el único abrigado era yo. Claro que hay que entender que la mayor parte de los huéspedes procedían del norte de EU, para ellos un día invernal de Arizona es el clima ideal para un día de campo.
Desayuné y regresé al cuarto para cambiarme de camiseta, por una de manga corta, acabe con la camiseta de los pumas, buena forma de festejar el bicampeonato. También cambié el gorro por una cachucha. Me despedí de Guille y Rebeca, nos quedamos de ver en la meta y salí del cuarto.
A las 6:30 tomé la van a la salida. El medio maratón y el maratón comenzaban en distintos lugares, la del maratón era una romería, más de 11,500 personas. Puse mis pants en la bolsa que me dieron en el registro, la dejé en el camión correspondiente, me tomé mi lata de café y la de red bull y me fui a mi ''corral'', correspondiente a los que estimábamos terminar entre 4:30 y 5 hrs.
El ambiente estaba muy bien, los otros maratones que había corrido eran de menos de 5,000 personas, aquí parecí un festival de madrugadores.
A las 7:40 inició el maratón, no me lo van a creer, no hacía nada de frío y el cielo estaba despejado. Los dioses del maratón nos protegían a los corredores.
La verdad si sentí que la batalla con Mocoman me debilitó, por lo que decidí llevármelo con calma, mantenerme abajo de 160 puls/min. Mantuve ese paso todo el tiempo.
Hace algunas semanas, que mi Papá estuvo en Phoenix, me dijo que le gustó y yo me sorprendí. Ahora lo entiendo, el recorrido del maratón me llevó por lugares que no conocía. En Phoenix destacaría muchos edificios, de arquitectura muy modernista y el centro de Scottsdale me gustó mucho, conservando el ''sabor'' de un pueblo del viejo oeste.
Otro atractivo fueron las bandas de rock & roll, cada 2 o 3 millas había una distinta. Obviamente no había mucho tiempo para ponerles atención, pero amenizaban bien el maratón.
Por otro lado, las porras, too el camino hubo gente apoyando a los corredores y en muchos puntos grupos de porristas.
Pero, lo mejor fue el clima, fresco, soleado, ideal para correr, realmente sorprendente, considerando como estuvieron los días anteriores.
Yo conservé mi paso todo el maratón, me sentí bien, a pesar de la posesión de mi cuerpo los días anteriores por Mocoman. En la milla 23 estaba seguro de acabar en 4:30. Pero pasando la marca de la milla 24 ocurrió. No se si fue Mocoman castigándome por haberlo expulsado de mi cuerpo, o probablemente el desgaste de haberlo combatido (lo más probable es que en la fiestas decembrinas no se puede cumplir con el entrenamiento adecuadamente). Lo que halla sido, en sincronía se me acalambraron los muslos de ambas piernas. Así que tuve caminar un rato, cuando vi el estadio de la Universidad de Arizona (la meta era en su estacionamiento), intenté volver a correr, pero la verdad es que la pierna izquierda ya no respondía.
Me ayudo mucho cuando entre la gente distinguí a la Helen, Mariana, Nicole y la Andrea. Choque manos con ellas y aceleré con los ánimos para cruzar la meta. Mi tiempo, 4:48.
Apenas crucé la meta el cielo se nubló, los dioses del maratón habían cumplido su parte. Recogí mi medalla, Nicole esta segura de que su tío Memo ganó porque le dieron una medalla, me tomé un litro de agua, un plátano y una naranja. Recogí mis pants, me los puse y salí al punto de reunión. Me esperaban ahí Rebeca, Helen, las niñas y Guille.
Helen se llevó a los niños y Rebeca y yo nos fuimos al hotel caminando, quedamos de reunirnos en el Elephant Bar para comer. En el hotel me bañe mientras Rebeca recogía todo.
Después de comer nos fuimos a casa de Helen, yo me quedé tumbado todo el día en el sillón. En la noche pasó a saludarnos Mayo, mi cuñado, pero yo me fui temprano a dormir.
El lunes agarramos camino de regreso a Guaymas.
¿Que pasó con Mocoman?
No lo se, supongo que regreso a Mormadón, donde planea un nuevo ataque, tengan cuidado, no vayan a ser su próxima víctima.

Medio Maratón, Tucson 2004

Este es el relato del medio maratón de Tucson el 5 de diciembre de 2004. Lo envié a los grupos de yahoo el 7 de diciembre.
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Dejen les platico como me fue, pero comencemos desde el lunes anterior a la carrera. Me debía levantar ese día a correr 10 kms. relajados, en lugar de eso me levanté corriendo al baño, con un chorrillo y vómitos. Tenía una junta de trabajo en la oficina, así que fui, saque unos pendientes y me regrese a la cama. Seguí suelto del estómago y en la tarde me dio fiebre. El diagnóstico de Rebeca, “ya te dio el rotavirus”. El martes en la mañana me levanté todavía mal, fui un rato a la oficina y me regrese a la casa, estuve en cama todo el día. Ya para la tardé se me calmó el estómago y no tuve fiebre. La verdad es que me sentí tan mal el lunes que pensé en olvidarme del medio maratón, pero el martes en la noche ya estaba de mejor ánimo.
El miércoles descanse y seguí comiendo sopita de enfermo, como le dice Rebeca (caldo de verduras con arroz y pollo desmenuzado). El jueves me levanté y corrí 8 kms. para ver como me sentía, me declare listo para la carrera.
El viernes a medio día salimos Rebeca y yo a Tucson. Llegamos a buena hora, cosa que aprovechamos para hacer compras, sobre todo regalos navideños. Cenamos y nos dormimos temprano, yo preocupado porque hacía un frío de los mil demonios y se veía muy nublado.
El sábado, salimos y nos encontramos con que seguía el frío, pero ya no me preocupé por lo nublado, más bien me preocupé porque llovía a cantaros. Dejé a Rebeca en el Mall y me fui a la expo del Maratón a recoger mi paquete de inscripción (número, chip para cronometrar tiempo, instrucciones para el día de la carrera y camiseta de regalo). En la expo aproveché y me compré un gorrito de lana para la cabeza y unos guantes para correr con frío, además de la cachucha oficial del maratón y 10 sobrecitos de gel de carbohidratos.
Salí y, ¿saben qué?, hacía un frío de los mil demonios y llovía.
Llegué al Mall, me estaba sentando en el punto de reunión cuando apareció Rebeca. Salimos del Mall para hacer compras en otro lugar y, ¿saben qué?, llovía más fuerte y seguía el frío.
Rebeca se empezó a preocupar por la carrera. "¿Vas a correr con esta lluvia y este frío?", me preguntó, a lo que respondí, "no te preocupes, mañana a las 7:00 a.m. de seguro va a estar más frío". Su respuesta fue un sape.
Fuimos a comer luego unos sushis, y luego seguimos con las compras. En la tarde salimos de regreso al hotel y, ¿saben qué?, seguía la lluvia y el frío. Rebeca ya estaba muy preocupada. "¿Con este clima quieres que te deje a las 5:00 a.m. en donde tomas el camión para ir a la salida?", me dijo, "Con esté o con el que haga mañana, al fin peor no puede estar". Otro sape.
Fuimos a cenar, Rebeca una hamburguesota (eso si, de pavo) acompañada de una cerveza, yo una ensalada con pollo acompañada de un sabroso vaso de agua.
Salimos del restaurante y, ¿saben qué?, llovía y seguía el frío.
Llegamos al hotel y nos pusimos a ver el weather channel. Nunca salió Tucson, pero con las imágenes de satélite se veía que para el domingo iba abrir. Rebeca quedó más tranquila.
Ya para dormirnos Rebeca prendió la tele para ver que había, estaba comenzando el "Último Samurai" que no habíamos visto ninguno de los dos. Decidimos solo ver el principio, ya que a las 5:00 a.m. tenía que estar en donde saldrían los camiones para llevarnos a la salida del medio maratón. Como han de suponer nos aventamos toda la película y nos acabamos durmiendo a las 12:00 a.m.
A las 4:10 abrí los ojos y oscuras me levanté y me preparé para la carrera, obviamente arriba de todo me puse mis pants. A las 4:45 "desperté" a Rebeca, lo pongo entre comillas porque al querer hacer todo a oscuras choqué varias veces con las sillas, tiré una maleta y algunos otros improperios, así que ya estaba bien despierta.
Salimos y, ¿saben qué?, hacía in frío de los mil demonios, pero ya no llovía.
Me llevó a tomar mi camión y quedamos de vernos en un supermercado que estaba cerca de la meta, ya que de seguro en la meta no iba a haber lugar para estacionarse.
Agarré lugar en el segundo camión. Llegamos al punto de reunión y nos bajaron, hacía un frío de los mil demonios. Afortunadamente los organizadores habían puesto como 4 radiadores de gas en donde todos nos amontonamos. Como a las 6:00 saqué mi “red bull” y mi barra energética, me tomé un cafecito (que regalaba star buck a los corredores), fui al baño y decidí que ya era hora de ponerme en fachas de corredor. Obviamente llevaba una de mis camisetas para correr de manga larga, pero tenía varias opciones (para las que iba bien preparado, en la bolsita que nos dieron para nuestras cosas llevaba de todo). ¿Correr con guantes o sin guantes?, ¿Correr con la gorra para el frío o con la cachucha?, ¿dejarme la sudadera de los pants sobre la camiseta o no dejármela?, ¿llevarme los lentes oscuros o dejarlos? Aunque hacía bastante frío se veía que no iba a estar tan nublado, si decidía irme muy abrigado y salía el sol iba a tener que comenzar a quitarme cosas a mitad de la carrera y ver donde me las amarraba mientras corría. Si decidía no irme muy abrigado y no calentaba me iba a ir muriendo de frío toda la carrera. Total decidí dejarme los guantes, al fin no son bultosos y me cabrían en mi bolsita donde llevaba el gel de carbohidratos. Guardé la gorra y me puse la cachucha, le colgué los lentes y me dejé la sudadera encima de la camiseta. Me quite los pants y guarde todo en la bolsa, la entregué en el camión que iba a llevar todo a la meta y comencé a calentar, que con el móndrigo frío no era muy fácil.
A las 6:45 nos cruzaron la calle para ponernos en la línea de salida, ya para esa hora comenzó a salir el sol y decidí quitarme la sudadera y amarrármela en la cintura. Me acomodé en la parte de atrás del pelotón, para no estorbarles a los corredores más rápidos.
A las 7:00 a.m. arrancamos.
La verdad me sentí muy bien en toda la carrera, procuré que mi frecuencia cardiaca se mantuviera alrededor de 160 pls/min. Aunque algunos corredores me rebasaron, fue más la gente que iba yo rebasando. Procuré mantenerme en ese paso. Por un momento aplique la técnica que me sugirió mi compadre Sergio cuando corrí mi primer maratón, identificar alguna chica guapa e irme corriendo tras ella, pero al final no hubo ninguna que llevara buen paso.
En las demás carreras me había pasado que a la mitad de la carrera te encuentras rodeado de la gente que lleva tu paso y con la que te mantienes el resto de la carrera. En esta ocasión no me pasó así, seguí pasando gente y siendo rebasado por otros. Cuando llegué a la mitad y vi mi tiempo me quedé sorprendido, 57 minutos. Mejor de lo que esperaba.
Me tomé mi gel de carbohidratos y decidí acelerar el paso, ahora a 165 pls/min.
Ya para esa hora estaba el sol fuertecito, aunque el frío no se había quitado. Como sea, los lentes y la cachucha fue buena decisión.
Durante la segunda mitad fueron más los corredores a los que rebasé yo que los que me rebasaron a mi, muchos de los que me habían pasado en la primera mitad les di alcancé y los dejé atrás, me sentí muy bien toda la carrera.
Total la terminé en 1:53:40 min. (tiempo oficial, ayer los publicaron). Yo había estimado hacer 2:00 hrs. flat.
Cruce la meta, me quitaron el chip del zapato me dieron mi medalla, me puse la sudadera. Agarré media naranja, un plátano y una botella de agua. Me devoré todo y fui a buscar mi bolsa con mis cosas. Me puse los pants, la gorra para el frío y me comí una barra energética que andaban regalando de promoción.
Hice un poco de tiempo viendo llegar a más corredores.
Luego me fui al albertson's, al punto reunión. Llegué, entré al baño, me serví un café que regalaban (al parecer en Tucson creen que es de buen samaritano regalar café cuando hace frío) y voltee y ahí estaba Rebeca. Hizo una compra en el súper, nos fuimos al hotel, me bañé mientras ella empacaba. Subimos las cosas al carro checamos de salida y de regreso a Guaymas, haciendo escalas obligadas en el Wall Mart, gasolinera y una hamburguesería (para un lunch caminero) en Nogales. Total, a las 5:30 p.m. ya estaba sentado en Guaymas preparándome para ver a los Pumas derrotar al atlas (¡¡¡GOYA, GOYA, CACHUN CACHUN RA RA, GOYA, UNIVERSIDAD!!!)
A las 9:00 p.m. ya estaba en cama totalmente dormido.
La verdad me sentí tan bien que ya estaba considerando dejar de correr maratones y dedicarme solo a los medio maratones. El problema es que en muchos de los maratones que quiero correr no hay opción de medio Maratón, por ejemplo: Nueva York, Chicago, Londres, San Diego, pero donde haya opción de medio maratón eso correré.

Maratón de Mazatlán 2002



Este es el relato de mi segundo maratón, lo envié a los grupo de yahoo el 4 de Diciembre de 2002.
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30/11/02
¡Hola!
Ya en Mazatlán un día antes de la carrera.
Llegamos ayer en la tarde, nos registramos en nuestros hoteles. A Lara (mi alumna de Oregon) le conseguí, con ayuda de Campus Mazatlán, un precio especial en un hotel diferente al nuestro. Rebeca y yo nos quedamos en el Holiday Inn, el hotel sede. Ya registrados cenamos y a dormir.
Hoy en la mañana Lara y yo nos registramos. Además del número y el chip nos dieron una bolsa con la camiseta, una cachucha y otras chucherías. Saliendo del registro nos alcanzó Rebeca. Pasamos a la expo, que es un tianguis de ropa y aditamentos deportivos, los corredores somos presa fácil de los vendedores, como todo fan deportivo.
Luego nos fuimos en el carro a ver el recorrido del maratón. Cuando vió Rebeca lo que íbamos a correr nos declaró formalmente locos. Al terminar fuimos a comer pasta y de regreso al hotel a descansar. Al rato tenemos una cena de carbohidratos para competidores, donde darán últimas instrucciones.
El maratón parece estará pesado. Toda la semana ha estado lloviendo, por lo que todo está encharcado. Hoy ya no cayó agua, aunque estuvo nublado, y llegamos a los 29°C. Mañana se espera que se aparezca el sol, así que esto va a estar como sauna.
Bueno, después de la carrera les diré como me fue.
...Acabando de escribir lo que acaban de leer sonó el teléfono, era Lara, la pobre se enfermó del estómago. La fuimos a ver, no esta bien, no va poder correr. Pobre, 4 meses de entrenamiento, viajar hasta acá y enfermarse el día anterior.
2/12/02
OUCH!
Me duele hasta el apellido (en la o acentuada). Ayer después de la carrera me dedique a la flojera y por eso no escribí, hoy ya en Guaymas termino el relato.
Ayer me levanté a las 5:00 AM, me desayune un café, un plátano y una barra energética. Luego me envaseliné todas las bisagras, me forré los dedos de los pies con curitas, me ajuste el monitor de frecuencia cardiaca, cheque mi mp3 player (decidí correr con música), me vestí y cerca de las 6:00 AM bajé a la salida.
Lo primero que hice fue buscar alguna chica de buen ver para seguir el consejo de mi compadre Sergio y correr tras ella todo el camino. Había varias de muy buen ver, pero no iría muy lejos de seguirlas, eran las edecanes de las marcas patrocinadoras, que todo el evento permanecerían en la meta. Fuera de ellas nada especial. Así que decidí, una vez más, no seguir el consejo de mi compadre.
A las 6:15 fue la salida de los competidores discapacitados. Todos ellos iban por el medio maratón. La verdad desde donde yo estaba no se veía, pero aplaudí mucho.
A las 6:30 inició la carrera...
¿Alguna vez han estado en la estación Pino Suárez del metro en hora pico?, pues considerando que en total para el medio y maratón completo éramos 3,000 inscritos y todos salimos del mismo punto, se darán una idea.
Después de unos cuantos Kms., al irse dispersando los corredores, ya se podía correr con más holgura, fue ahí donde alcancé al primer discapacitado. En la subida de uno de los 2 puentes (bueno, podríamos decir 4 ya que cada uno se pasa 2 veces) que tiene el recorrido. Un muchacho con parálisis cerebral que con un sólo pie empujaba su silla de ruedas. A verlo me pensé que existen más ciegos que ven y cojos con 2 piernas que las personas que llaman minusvalidos.
Cerca del Km. 10 venía ya empapado en sudor y el monitor me marcaba 170 puls/min., me di cuenta de que si mantenía ese paso no iba a poder acabar el maratón, así que decidí bajar el ritmo y mantener la frecuencia debajo de 160 puls/min., mantenerme hidratado (cada 2 Km. había puesto de hidratación con agua y poweraid-bebido oficial del evento) y cada hora echarme mi gel de carbohidratos para evitar pegar en la pared (“the wall”, así dicen los corredores en inglés cuando se acaban todos los carbohidratos del cuerpo y comienzas a obtener la energía de las grasas). La verdad la humedad estaba fuertísima y aún no salía el sol.
Entre las personas que estaban a mi alrededor, que llevaba mi paso, había un señor de más de 60 años, la verdad es que él venía gozando el maratón. A las personas que nos echaban porras les arrojaba besos, pedía porras, hacía bromas con los que estábamos junto a él. Ese pedazo lo hizo muuuy divertido. Decidí que seguiría su ejemplo y me dedicaría a gozar el maratón.
En el Km. 18 pasamos por el hotel sede nuevamente, había gran alboroto y hasta confeti estaban echando. No vi en las gradas a Rebeca, así que me puse a saludar a las edecanes. En ese momento escuche los gritos de Rebeca, cámara en mano me había agarrado in fraganti.
A los pocos kms. los de medio maratón daban vuelta en un retorno para regresar a la meta, los valientes (jeje) que iban por el maratón continuábamos hacia la costera.
Como el circuito es de ida y vuelta ya sabía yo que en algún momento vería por el otro carril a los punteros (y a todos los que vendrían delante de mí). Cuando estaba por llegar al malecón, frente a los Valentinos (para los que conocen Mazatlán), vi que la gente se juntaba en el camellón viendo el otro carril de la avenida. Supuse que era el líder que se acercaba, así que me subí al camellón y le eché porras al que me tocó ver, era un negrito que iba echo la raya (después supe que delante de él iba un mexicano). Varias gentes me voltearon a ver con cara de “que este loco no debería estar corriendo en lugar de aplaudir”. Así que continué mi recorrido.
La parte de la costera es la parte más padre del recorrido, con la vista del pacífico y muchas gentes echando porras. Además, en mi caso, amenizado por música de Mike Oldfield, Pink Floyd, Santana, Led Zeppelín, Caifanes, etc., pues iba pleno. Cuidando de mantenerme en menos de 160 puls/min., saludando a la gente, agradeciendo a los voluntarios que pasaban las bolsitas de agua, poweraid o esponjas empapadas en agua helada y cantando. Cuando me di cuenta ya estaba al final de olas altas. Ahí estaba el punto de regreso (que curiosamente coincidió con “The point of no return” de Kansas en mi mp3), el Km. 28. Ahí estaban regalando geles, aproveche para agarrar dos, uno para ese momento y otro de reserva (con el que aún me quedaba tenía dos más para lo que faltaba). En la vuelta había unos aspersores de agua que refrescaban bastante rico.
Durante el regreso me sentí bastante fuerte, inclusive comencé a rebasar a corredores que al principio me habían pasado hechos la raya. Cuando llegué al final de la costera, Km. 35, me sentía un campeón, inclusive comencé a planear que si me seguía sintiendo así en el Km. 38 hacer un cierre para acabar antes de 4 hrs. 30 min.
En ese punto el recorrido hace una desviación y pasa por la avenida Rafael Buelna (es la avenida que comienza en la glorieta que está al final de la costera). Esa es la parte fea del recorrido, puras casas y calles, además era donde había menos gente echando porras y los voluntarios menos animados.
Llegué al final de la avenida sintiéndome aún bastante fuerte (Km. 38) y comencé a acelerar el paso, aún podía terminar en menos de 4:30.
En el kilómetro 39 me dio un pequeñito calambre…
Porque los otros 3 fueron horribles, me tuve que detener, y caminar hasta el siguiente punto de hidratación, Ahí agarre unas esponjas empapadas en agua helada y me las unte en las piernas, agarre varias bolsas de agua. Se me calmó un poco el dolor, pero cada vez que comenzaba a correr me atacaban los calambres. Así que me resigne a acabar caminando todo acalambrado. Cada cierto tiempo abría una bolsa de agua y la vaciaba en mis pernas. Me aventé así lo que faltaba, resignándome a terminar, ya sin importar el tiempo. Cuando llegué al hotel el CID (500 mts. antes de la meta), decidí juntar fuerzas y echar una última corrida para llegar a la meta.
Mi tiempo…4:53:04, pero la verdad feliz de haber llegado.
En la meta como robotito llegué a entregar mi chip, recibir mi medalla y a tomar agua como loco. Entre agua y poweraid me debo haber tomado como 3 litros en 5 minutos (tenía la panza inflada de tanto líquido).
Como no encontraba a Rebeca por ningún lado fui a buscar alguna alma caritativa que me atendiera. Encontré 4 que se apiadaron de mí. Con ellas estaba cuando escuche un “¡AJA!”, antes de decir nada una de mis protectoras grito “UNA FOTO”, viendo que Rebeca traía cámara. Sirvió la táctica, en vez de ser reprimido mi mujer me fotografió con las almas caritativas (las edecanes).
Saliendo de ahí, Rebeca me preguntó por Lara, le dije yo que habría que hablarle para ver como seguía. Me respondió: “¿Que no la viste?, corrió el maratón”
Pues resulta que mi alumnita se sintió bien en la mañana y decidió echarse el maratón a pesar de haber tenido vómitos el día anterior. Lo primero que se me ocurrió fue buscarla en el puesto de socorro, afortunadamente no estaba ahí. Así que nos pusimos a esperarla en la meta.
Casi una hora después la vimos llegar a la meta, la verdad me sentí muy orgulloso de mi alumna.

Maratón de Tucson, 2001


Este es el relato de mi primer maratón, lo envié a los grupos de yahoo en que participo el 13 de diciembre de 2001.
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Llegué hoy de Monterrey, apenas he tenido tiempo de conectarme porque ahora estoy salado. Como recordarán la semana pasada antes de salir al maratón tronó la máquina de mi oficina. Hoy que llegué a Guaymas me encontré que la máquina de la casa también había tronado. Por suerte la computadora vieja de la casa aún funciona y es de ahí donde escribo.
Bueno va el relato.
El viernes 7 salimos Rebeca y yo en la tarde camino a Tucson. Llegamos en la noche, paramos a comprar unos geles de carbohidratos de los que había leído en una revista y al hotel. En la mañana del sábado fuimos al hotel donde terminaría el maratón para recoger mi número, chip (un chunche que se pone en el zapato y sirve para registrar los tiempos) y mi camiseta. Pues había toda una exposición, así que acabe comprando más geles, unos lentes para correr y una bolsita para poner en el resorte del short. De ahí salimos para ver donde me tenía que dejar Rebeca en la mañana para tomar el camión a la salida (estaba prohibido ir en carro para allá) y de ahí a gastar dinero en las últimas compras navideñas.
Nos acostamos temprano, pues los camiones salían a las 5:30 a.m. a la salida y había que estar con tiempo. Me levante en la madrugada, me puse varias capas de ropa (unos calzones de ciclista, camiseta de manga corta, shorts, camiseta de manga larga, pants con chamarra y guantes). Desayuné una barra de granola energética, un plátano, jugo y agua, antes de salir hice una escala técnica (no fuera que me entrara una urgencia a mitad del camino). Me dejó Rebeca en la salida de los camiones y agarre lugar luego, luego. La mañana estaba fría, pero resulta que la salida es en las montañas (de hecho es el mismo camino para llegar a Mount Lemon, la pista de esquí en nieve más al sur en Norte América).
La salida estaba bastante fría, a pesar de ello me quite los pants y la chamarra y los puse en una bolsa con mi número para que se los llevaran a la meta. Calenté lo que pude, hasta que uno de los sádicos de los organizadores nos avisó que estábamos a 34°F (hice el cálculo de cuantos centígrados y me petrifique al darme cuenta que estaba en shorts a 1°C). Me acerque lo más que pude a la salida, cosa no fácil ya que eso parecía la basílica el día de ayer (luego me enteré que del maratón completo éramos cerca de 2000 participantes). Arrancamos a las 7:30 en punto. Tuve mucho cuidado de pisar el tapete de salida, ya que con el chip que traía en mi pie marcaba mi registro personal de tiempo de salida. Los primeros minutos me sentí un campeón, ya que estaba rebasando a todos, pero al poco rato me comenzaron a rebasar a mi miles de gentes. Ya me enteré que es un síntoma de los novatos pegarse a la línea de salida, estorbando a los expertos.
Lo primero que hice fue buscar alguna chica con las características que mi compadre Sergio me recomendó, había varios prospectos, pero desafortunadamente o iban muy rápido o muy lento para mi. Así que me comencé a concentrar mejor en la carrera. Todo iba bien hasta por ahí del Km. 5 en que un ruquito (que ruquito, un rucazo) me pasó hecho la raya. Como que quise alcanzarlo, pero recordé que no me debía acelerar y me dejé guiar por mi entrenador personal (mi monitor de frecuencia cardiaca) y guarde mi paso. Al poco rato el clima comenzó a cambiar, así que me quite los guantes y los puse en la bolsa de mis shorts.
Como a la hora saque la primer bolsita de gel de carbohidratos y lo succioné. La verdad que bueno porque pude reagarrar mi paso nuevamente. Cuando llegué al tapete que marcaba el medio maratón me sorprendí, ya que llevaba un tiempo de 2:05, que era bastante menos de lo que esperaba. A partir de ese momento ya había más gente echando porras, pero a Rebeca no la veía. Cuando llegué a la marca de las 18 millas quedé sorprendido, en los entrenamientos lo menos que había hecho eran 3:05 y llevaba 2:51. A los 31.6 kms. (3/4 de maratón) llevaba 3:05. Eso significaba que podría terminar el maratón en menos de 4:10, ¡¡¡cuando yo había estimado terminarlo en 4:40!!!
A partir de ese momento todo se puso feo, muchos de los competidores que me habían rebasado hacía rato los empecé encontrar caminando, acalambrados y con cara de sufrimiento y yo comencé a sentirme parecido. El ritmo de 155 pulsaciones/min. que había mantenido ya no le llegaba, pues mis piernas no daban de si. Faltando una milla apareció Rebeca. Me dio ánimos pero faltando menos de un Km. la verdad es que ya no corría caminaba. Aún así los últimos 500 m volví acelerarle. Mi tiempo, 4:25:51.