Fecha: 28 de febrero de 2009
Distancia (kms): 5.27
Paso: 6'48”/km
FCP (Puls/min): 160
Ruta: Boulevard Luis Encinas
Debe haber sido a principios de 1977...
Una noche que venía llegando de parranda, no muy tarde para mis costumbres, me encontré que mis Papás estaban despiertos con visitas, algo tarde para ellos, solo con muy buenos amigos extendían sus reuniones hasta esas horas.
La regla en la casa era que cuando uno llegaba se tenía que reportar, sin importar el estado, así que tenía que pasar a saludar. Tomé aire, me enderecé y entré al comedor.
Estaban mis Papás con una pareja que yo no conocía, "Hijo, estábamos hablando de ti, deja te presentó al Ing. Fernando García Roel y a su esposa Laurita, él es el Rector del Tecnológico de Monterrey, un muy buen amigo". Salude, con toda la formalidad y normalidad que mi estado permitía, le di un beso a mis papás y me disculpe diciendo que me iría a dormir. "Menos mal que no hice ningún 'oso'", pensé mientras me dirigía a mi cuarto.
Cuando me acomodaba en la cama "me cayó el veinte", "¿de que estarían platicando de mi?", no bien pensé esto quedé dormido.
Esa fue la primera vez que vi a Fernando y Laurita García Roel.
Uno o dos días después, una mañana de fin de semana, me venía levantando, me encontré a mi Papá llenando unos papeles, "¿que es eso?", le pregunté, "la solicitud de inscripción al Tecnológico de Monterrey, necesito hablar contigo", me contestó.
Yo había decidido que quería estudiar biología, me interesaba la biología marina. Como la situación en la UNAM estaba polarizada, y llamándome yo Guillermo Soberón, igualito que el Rector en funciones, mi padre, la decisión fue que entraría a la ENEP Acatlán.
Debo aclarar que yo en prepa no era un mal alumno, era pésimo. Obviamente eso preocupaba a mi Papá.
El día de la mencionada reunión con los García Roel en la casa, había surgido en la conversación que yo quería estudiar biología marina. Inmediatamente el Ing. García Roel sugirió que entrara al Tec a estudiar Ing. Bioquímica, comenzaría en Monterrey y terminaría en el Campus Guaymas, donde llevaría materias orientadas a biología marina y recursos del mar. Al parecer la reunión se orientó a decidir mi futuro. Estoy seguro de que en algún momento mi Padre habrá dicho "esta bien, sirve que se sacudirá las faldas de su madre", broma que siempre le ha gustado hacer.
La verdad es que no fue difícil convencerme, entre tener que atravesar toda la ciudad de México todos los días a irme a estudiar a Monterrey, la decisión fue rápida.
Cuenta mi papá que a los pocos días de enviar mi solicitud recibió una llamada de Fernando. "Guillermo, estoy revisando la solicitud de tu hijo y veo que hay un error que estoy arreglando en este momento", cuando mi papá preguntó cual era el error le respondió, "en donde se pide el nombre del tutor en Monterrey", en aquel entonces aún se solicitaba un contacto en Monterrey para alumnos foráneos, "está el nombre de otra persona, ya lo cambié y puse el mío".
De esa manera Fernando y Laurita pasaron a ser mis Papás de Monterrey, esto no es una exageración, los dos años que estuve en Monterrey estuvieron pendientes de mi todo el tiempo.
Al menos una vez al mes comía con ellos, ya fuera en su casa, generalmente los veranos junto a la alberca, o en algún restaurante. Todas las idas a comer era un evento que disfrutaba, platica amena, él y Laurita formaron una gran pareja, siempre dándome consejos. Cuando pasaba más de una semana sin reportarme mandaba a alguien a buscarme, siempre sabía que clase y en que salón estaría.
Obviamente cuando mis papás me iban a visitar se hacía "chorcha", recuerdo en especial una cena, en que acompañaron a Monterrey a mis papás mi tío "Gerry" y mi Tía Rosy, yo fui con una novia. Recuerdo esa cena porque desde que me casé con Rebeca, mi Tía siempre que me quería fregar le decía a Rebeca, "a ti no te mueve la silla como a la novia de Monterrey".
Recuerdo mucho la última vez que me llevaron a comer antes de irme a Guaymas, fue en el club de industriales. Toda la comida el Ingeniero me platicó de Guaymas de los profesores que me darían clases, de como la vida estudiantil era muy diferente por ser una campus pequeño, de que la lancha, donde se hacían las prácticas de varias clases, se llamaba "Laurita" en honor de su esposa.
Me platicó de un profesor que tenía poco de haber salido del campus, que había sido Director del departamento de alimentos, que era muy reconocido por su gran calidad como profesor, pero que luego hacía locuras. "Cuando tu seas directivo del Campus no vayas hacer locuras", terminó diciendo. Yo pensé que el Ingeniero estaba alucinando, pero acabo teniendo voz de profeta. Por lo de directivo, no por las locuras.
Mientras seguí en el Tec el contacto se mantuvo, siempre que iba él al Campus Guaymas lo primero que hacía era buscarme, bueno al principio, después, el Dr. Mmanrique me mandaba avisar que el Ing. iba a ir al Campus para que estuviera en la Dirección a su llegada.
Ya estudiando yo el posgrado en la UNAM nos seguíamos comunicando, pero con menor frecuencia. Cuando me casé inmediatamente pensé no solo en invitarlo, sino en que fuera testigo.
Al salir él del Tec yo regresé al Campus Guaymas, ahora como profesor. Los encuentros se volvieron más espaciados, pero continuaron. Como Director del campus Guaymas nos llegamos a ver en alguna reunión. En la última reunión de consejeros en que estuvo fue cuando se le hizo una ceremonia.
La última vez que lo vi fue pocos días después de la muerte de mi Mamá, comimos en Monterrey Laurita él y yo.
A Laurita la vi después, en Hermosillo en una reunión de exalumnos sonorenses del TEC, donde presentó ella su libro "Recuerdos de una Época".
Pero desde que salí del TEC perdí contacto, varias veces, en especial en algunas corridas, me decía que tenía que volver a establecer el contacto. Dejé pasar el tiempo y no lo hice, ahora me arrepiento.
El jueves me preparaba a agarrar carretera, tenía ayer, viernes, una cita en Agua Prieta, curiosamente muy cerca de Fronteras, lugar donde nació Laurita. Antes de salir revisaba el correo electrónico, en un mensaje de Coriolis, grupo de discusión de los ex-alumnos del Campus Guaymas, llegó la noticia del fallecimiento del Ingeniero.
Fernando García Roel dejó una gran huella en todos aquellos que lo conocimos, muchos lo recordarán como el mejor Rector del TEC. Yo lo recordaré, siempre, como mi Papá de Monterrey.
2 comentarios:
Ay, Memo, que recuerdos nos has brindado. Como disfrutamos de tus visitas y largas platicas en Monterrey. Mantente en contacto!
Laura Garcia Roel
¡Prometo mantenerme en contacto!
Un beso
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