Fecha: 23 de julio de 2008
Distancia (kms): 5.51
Paso: 6'13”/km
FCP (Puls/min): 153
Ruta: Boulevard Serna
Divagaciones.
Bueno pues sigo mal de la espalda, cuando creía que ya estaba totalmente recupertado comencé con molestías y estás se recrudecieron por un evento del fin de semana que comentaré más adelante.
Por ello he corrido poco, como sea la carrera del miércoles, aunque corta, estuvo muy rica, a buen paso.
En la tarde llegó Mariana, a pasar los últimos días de sus vacaciones, así que estamos los cuatro juntos.
Para que nos sintieramos con casa llena ese mismo día, el miércoles, organizó una carne azada con sus amigos. Ya sabemos que las carnes asadas de Guille son de peligro, así que estábamos preparados para lo peor.
En la mañana me levanté a las 6 de la mñana para hacer ejercicio, los días que no corro hago abdominales (sigo diciendo que son abominables) y nado un poco. Al bajar las escaleras escuché unas voces, me asomé y me encontré a Guille y Carlitos. Cuando me vieron Guille me preguntó: "¿te desperté?", preocupado. Le contesté que más bien me había levantado para hacer ejercicio. Inmediatamente me transporté a la casa de mis Papás en el D. F. en los 70's. Se acababa de ir el último de los amigos que habían ido a la "reunión", y medio recogía llevando algunas cosas a la cocina. En eso me encontré a mi Papá, entre dormido y borracho le pregunté si lo había despertado, sonrío y me respondió, "no, me levanté hacer ejercicio". A su lado estaba Adolfo, que de seguro iba a remar.
Curioso como da vueltas la vida.
No sé si he comentado en este espacio que me gusta mucho los fines de semana juntar todo lo que tengo de lectura, ya sea de trabajo o de esparcimiento, así como mi shuffle cargado de música y mis bocinitas. Me voy a la alberca y bajo la sombra de una de las carpas que tengo me pongo a leer escuchando música, No subo a la casa hasta que es hora de comer.
Débido a los vientos tengo las dos carpas, una para hecerle sombra a la alerca y otra para tener sombra junto a ella, amarradas con mecates por todos lados. Además tengo una sombrillota de playa, con base y todo.
El sábado tenía ya listo todo mi material de lectura, así que venía bajando con todos mis "chunches". En una mano taría una bolsa con mis artículos, impresos del internet, y libros, en el otro lado, cargada al hombro una hielerita con agua y cervezas y en la mano el estuche de mi cámara.
En eso se soltó un ventarrón, vi como se levantaba la sombrilla, con base y todo y se volteaba. Mi primer impulso fue salir corriendo.
¿Se acuerdan de los mecates que mencioné para amarrar las carpas?
Fue horrible, me tropecé con uno de ellos, y cual largo soy di al suelo, como las manos las tenía ocupadas ni meterlas pude. Como se dice coloquialmente, "me fui de hocico".
El viento no paró, así que a quitarlas, el plan del sábado se canceló, el viento no hizo sino embrabecerse más.
Subí a la casa como el caballo del corrido, con el hocico sangrando. Bueno eso es exagerar, realmente me raspé un poco la nariz y se me inflamó el labio, también muy ligeramente. Creo que lo más fuerte fueron unos raspones en los nudillos de la mano izquierda, que no entiendo como dieron con el piso.
Realmente sin contar eso no tuve más molestías el sábado. Pero el domingo que me levanté, al ir a abrir las puertas de la calle, me agaché a recoger el periódico. Casí me quedó encorvado, la espalda atacó de nuevo.
Distancia (kms): 5.51
Paso: 6'13”/km
FCP (Puls/min): 153
Ruta: Boulevard Serna
Divagaciones.
Bueno pues sigo mal de la espalda, cuando creía que ya estaba totalmente recupertado comencé con molestías y estás se recrudecieron por un evento del fin de semana que comentaré más adelante.
Por ello he corrido poco, como sea la carrera del miércoles, aunque corta, estuvo muy rica, a buen paso.
En la tarde llegó Mariana, a pasar los últimos días de sus vacaciones, así que estamos los cuatro juntos.
Para que nos sintieramos con casa llena ese mismo día, el miércoles, organizó una carne azada con sus amigos. Ya sabemos que las carnes asadas de Guille son de peligro, así que estábamos preparados para lo peor.
En la mañana me levanté a las 6 de la mñana para hacer ejercicio, los días que no corro hago abdominales (sigo diciendo que son abominables) y nado un poco. Al bajar las escaleras escuché unas voces, me asomé y me encontré a Guille y Carlitos. Cuando me vieron Guille me preguntó: "¿te desperté?", preocupado. Le contesté que más bien me había levantado para hacer ejercicio. Inmediatamente me transporté a la casa de mis Papás en el D. F. en los 70's. Se acababa de ir el último de los amigos que habían ido a la "reunión", y medio recogía llevando algunas cosas a la cocina. En eso me encontré a mi Papá, entre dormido y borracho le pregunté si lo había despertado, sonrío y me respondió, "no, me levanté hacer ejercicio". A su lado estaba Adolfo, que de seguro iba a remar.
Curioso como da vueltas la vida.
No sé si he comentado en este espacio que me gusta mucho los fines de semana juntar todo lo que tengo de lectura, ya sea de trabajo o de esparcimiento, así como mi shuffle cargado de música y mis bocinitas. Me voy a la alberca y bajo la sombra de una de las carpas que tengo me pongo a leer escuchando música, No subo a la casa hasta que es hora de comer.
Débido a los vientos tengo las dos carpas, una para hecerle sombra a la alerca y otra para tener sombra junto a ella, amarradas con mecates por todos lados. Además tengo una sombrillota de playa, con base y todo.
El sábado tenía ya listo todo mi material de lectura, así que venía bajando con todos mis "chunches". En una mano taría una bolsa con mis artículos, impresos del internet, y libros, en el otro lado, cargada al hombro una hielerita con agua y cervezas y en la mano el estuche de mi cámara.
En eso se soltó un ventarrón, vi como se levantaba la sombrilla, con base y todo y se volteaba. Mi primer impulso fue salir corriendo.
¿Se acuerdan de los mecates que mencioné para amarrar las carpas?
Fue horrible, me tropecé con uno de ellos, y cual largo soy di al suelo, como las manos las tenía ocupadas ni meterlas pude. Como se dice coloquialmente, "me fui de hocico".
El viento no paró, así que a quitarlas, el plan del sábado se canceló, el viento no hizo sino embrabecerse más.
Subí a la casa como el caballo del corrido, con el hocico sangrando. Bueno eso es exagerar, realmente me raspé un poco la nariz y se me inflamó el labio, también muy ligeramente. Creo que lo más fuerte fueron unos raspones en los nudillos de la mano izquierda, que no entiendo como dieron con el piso.
Realmente sin contar eso no tuve más molestías el sábado. Pero el domingo que me levanté, al ir a abrir las puertas de la calle, me agaché a recoger el periódico. Casí me quedó encorvado, la espalda atacó de nuevo.
