domingo, octubre 02, 2005

Maratón de Tucson, 2001


Este es el relato de mi primer maratón, lo envié a los grupos de yahoo en que participo el 13 de diciembre de 2001.
_______________________________________________________
Llegué hoy de Monterrey, apenas he tenido tiempo de conectarme porque ahora estoy salado. Como recordarán la semana pasada antes de salir al maratón tronó la máquina de mi oficina. Hoy que llegué a Guaymas me encontré que la máquina de la casa también había tronado. Por suerte la computadora vieja de la casa aún funciona y es de ahí donde escribo.
Bueno va el relato.
El viernes 7 salimos Rebeca y yo en la tarde camino a Tucson. Llegamos en la noche, paramos a comprar unos geles de carbohidratos de los que había leído en una revista y al hotel. En la mañana del sábado fuimos al hotel donde terminaría el maratón para recoger mi número, chip (un chunche que se pone en el zapato y sirve para registrar los tiempos) y mi camiseta. Pues había toda una exposición, así que acabe comprando más geles, unos lentes para correr y una bolsita para poner en el resorte del short. De ahí salimos para ver donde me tenía que dejar Rebeca en la mañana para tomar el camión a la salida (estaba prohibido ir en carro para allá) y de ahí a gastar dinero en las últimas compras navideñas.
Nos acostamos temprano, pues los camiones salían a las 5:30 a.m. a la salida y había que estar con tiempo. Me levante en la madrugada, me puse varias capas de ropa (unos calzones de ciclista, camiseta de manga corta, shorts, camiseta de manga larga, pants con chamarra y guantes). Desayuné una barra de granola energética, un plátano, jugo y agua, antes de salir hice una escala técnica (no fuera que me entrara una urgencia a mitad del camino). Me dejó Rebeca en la salida de los camiones y agarre lugar luego, luego. La mañana estaba fría, pero resulta que la salida es en las montañas (de hecho es el mismo camino para llegar a Mount Lemon, la pista de esquí en nieve más al sur en Norte América).
La salida estaba bastante fría, a pesar de ello me quite los pants y la chamarra y los puse en una bolsa con mi número para que se los llevaran a la meta. Calenté lo que pude, hasta que uno de los sádicos de los organizadores nos avisó que estábamos a 34°F (hice el cálculo de cuantos centígrados y me petrifique al darme cuenta que estaba en shorts a 1°C). Me acerque lo más que pude a la salida, cosa no fácil ya que eso parecía la basílica el día de ayer (luego me enteré que del maratón completo éramos cerca de 2000 participantes). Arrancamos a las 7:30 en punto. Tuve mucho cuidado de pisar el tapete de salida, ya que con el chip que traía en mi pie marcaba mi registro personal de tiempo de salida. Los primeros minutos me sentí un campeón, ya que estaba rebasando a todos, pero al poco rato me comenzaron a rebasar a mi miles de gentes. Ya me enteré que es un síntoma de los novatos pegarse a la línea de salida, estorbando a los expertos.
Lo primero que hice fue buscar alguna chica con las características que mi compadre Sergio me recomendó, había varios prospectos, pero desafortunadamente o iban muy rápido o muy lento para mi. Así que me comencé a concentrar mejor en la carrera. Todo iba bien hasta por ahí del Km. 5 en que un ruquito (que ruquito, un rucazo) me pasó hecho la raya. Como que quise alcanzarlo, pero recordé que no me debía acelerar y me dejé guiar por mi entrenador personal (mi monitor de frecuencia cardiaca) y guarde mi paso. Al poco rato el clima comenzó a cambiar, así que me quite los guantes y los puse en la bolsa de mis shorts.
Como a la hora saque la primer bolsita de gel de carbohidratos y lo succioné. La verdad que bueno porque pude reagarrar mi paso nuevamente. Cuando llegué al tapete que marcaba el medio maratón me sorprendí, ya que llevaba un tiempo de 2:05, que era bastante menos de lo que esperaba. A partir de ese momento ya había más gente echando porras, pero a Rebeca no la veía. Cuando llegué a la marca de las 18 millas quedé sorprendido, en los entrenamientos lo menos que había hecho eran 3:05 y llevaba 2:51. A los 31.6 kms. (3/4 de maratón) llevaba 3:05. Eso significaba que podría terminar el maratón en menos de 4:10, ¡¡¡cuando yo había estimado terminarlo en 4:40!!!
A partir de ese momento todo se puso feo, muchos de los competidores que me habían rebasado hacía rato los empecé encontrar caminando, acalambrados y con cara de sufrimiento y yo comencé a sentirme parecido. El ritmo de 155 pulsaciones/min. que había mantenido ya no le llegaba, pues mis piernas no daban de si. Faltando una milla apareció Rebeca. Me dio ánimos pero faltando menos de un Km. la verdad es que ya no corría caminaba. Aún así los últimos 500 m volví acelerarle. Mi tiempo, 4:25:51.

No hay comentarios.: